Si Morena tiene asegurado el gobierno para los próximos ocho años, es decir lo que resta de este sexenio y el próximo —a menos que ocurra un descalabro mayor, inimaginable hoy en día— abramos de una vez el debate sobre a dónde iremos como país en la próxima década, en dónde queremos estar en indicadores sociales, económicos, de seguridad y políticos, aparte de cultura, género, ciencia y salud, por supuesto.
Puede o no compartirse la premisa, pero es difícil hallar alguna encuesta seria que le dé posibilidad a la oposición de lograr algo siquiera en la elección presidencial de 2024, y es muy probable que el escenario para la triple alianza (PRI, PAN y PRD) sea aún peor en tan solo una semana, tras la probable derrota en los comicios del domingo 5 de junio. Una derrota a la que contribuirá, por supuesto, la difusión de los audios del presidente del PRI, Alejandro Moreno, quien además del gusto por las cirugías estéticas tiende a extorsionar empresarios y a amenazar periodistas, a juzgar por los audios divulgados por Layda Sansores.
Así que establecer metas y lograr acuerdos para la vida política del país durante los próximos lustros sería una mejor apuesta que intentar sabotear todos los días al actual gobierno.
En aras del acuerdo podría llamarse a un parlamento abierto para negociar la reforma política, que aproveche las coincidencias y permita modernizar el régimen electoral sin caer en los extremos de un INE intocable o su restructuración a punta de bulldozer.
Convocar a un pacto nacional por la paz y la seguridad es urgente para frenar la sangría en vidas que viven al menos seis estados, a la vez que importa ponerle un alto a la extorsión, el secuestro y otras formas de rentismo que ha cobrado el crimen organizado, enraizado hasta la médula en estados como Michoacán, Guerrero, Tamaulipas, Sinaloa, Veracruz y Zacatecas, pero que va en camino de hacerlo en otros estados.
Cesar la persecución contra Anaya podría ser un gesto hacia el panismo a la vez que se establece una mesa con Gobernación para evitar que estallen polvorines por todos lados. Liberar a Rosario Robles podría ser otro para el priismo, pues la ex secretaria es una presa política del régimen, más allá de su responsabilidad en la estafa maestra y en el ocultamiento de los vínculos presidenciales.
Establecer metas de infraestructura parece viable si se atiende la nueva política hacia el desarrollo de la transportación férrea, con los anhelados trenes para Querétaro, el del Bajío y su prolongación hacia el occidente, aparte de proyectos suburbanos en ciudades medias más allá de Monterrey y la zona metropolitana de Guadalajara.
Armonizar los sistemas de salud pública y potenciar la complementariedad con el sector privado puede allanar la ruta hacia un sistema de salud como quisiéramos muchos, para lo cual es clave la formación de profesionales de la salud y la apuesta por la educación pública es imprescindible.
Un acuerdo nacional contra la desigualdad y la pobreza también es indispensable, pero no es posible en el vacío, hay que dejar de subsidiar las gasolinas y cobrar impuestos a las grandes fortunas, la reforma fiscal es necesaria.
La agenda es enorme, por eso urge su discusión.
@hzamarron