Mientras en México compareció ante la Cámara de Senadores la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, quien llegó a ese cargo no por capacidad, sino simplemente por ser hija de una seudo luchadora de los Derechos Humanos que lucró durante años con la desaparición de su hijo, quien era un guerrillero de un grupo subversivo autodenominado “Liga 23 de Septiembre”, quien según declaraciones de un ex fiscal mexicano, éste delincuente, culpable del secuestro, robos y homicidio de un importante empresario regio, don Eugenio Garza Sada, cayó abatido en un enfrentamiento con la autoridad policiaca en Monterrey; el cuerpo se lo llevaron sus propios compañeros y nunca apareció, por lo que su madre, doña Rosario Ibarra de Piedra, lo convirtió en una bandera política, de la que vivió toda la vida, y ahora que Manuel Andrés Lopez Obrador (MALO), considera héroes a este tipo de delincuentes y asesinos, quienes bajo la excusa de una supuesta lucha social mataban gente inocente y robaban hasta bancos para mantener su movimiento declarando la guerra a un gobierno legítimo.
Pues Rosario Piedra Ibarra ahora dice que la Comisión que encabeza durante más de cuatro años y que ya destruyó, quiere, siguiendo la línea de López con todos los organismos autónomos, desaparecerla para formar la “Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo”. Es cierto, prácticamente no defiende a nadie, excepto a López, ya que nuestro presidente, siguiendo la lógica chavista así se considera (El pueblo soy yo), y todavía la señora tiene el descaro de decir que su Comisión es la mejor del mundo.
Mientras ella se autoproclamaba así, en Ginebra, Suiza, nos daban un baño de realidad ya que en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) al realizar el “examen periódico universal”, EPU, mas de 100 países, reprocharon y realizaron recomendaciones a México, iniciando con el tema de la desaparición forzada, militarización, la violencia contra las mujeres, en especial feminicidios, los ataques contra activistas y periodistas y defensores de derechos humanos y madres buscadoras, violencia contra las mujeres, el trato que se da a migrantes, en especial a los niños, el uso excesivo de la fuerza militar, el aumento de violencia de las bandas delictivas, aumento de masacres, violencia estructural contra pueblos indígenas y otras minorías, poca transparencia y alta impunidad, ataques a la libertad de expresión, el uso de las fuerzas armadas en acciones de seguridad.
Llama la atención que países muy amigos del dictador actual, como son Rusia y Venezuela, le pidieron a México que tiene que mejorar e implementar las recomendaciones que le ha dado en Naciones Unidas especialmente el Comité Contra la Desaparición Forzada, quien señaló que el censo utilizado por nuestro país para reducir de tajo el enorme número de desaparecidos no fue realizado bajo estándares internacionales.
La delegación mexicana, muy mal representada y con la notable ausencia de un representante del Poder Judicial, simplemente defendió, al estilo de MALO y en base a su errónea filosofía, con otros datos, presumiendo la creación de la Guardia Nacional, incluso mintiendo al señalar que ese cuerpo está integrado por elementos del fuero civil, el incremento a los Salarios Mínimos y su política social y sus becas del Bienestar, simplemente prometiendo que analizarán las recomendaciones, misma promesa efectuada en el anterior examen.
Derivado de esto, 300 organizaciones mexicanas de protección a los Derechos Humanos señalaron la necesidad de que el gobierno mexicano asuma acciones concretas e inmediatas para atender esas recomendaciones. MALO dirá que son recomendaciones de organizaciones y países neoliberales, pero que estamos bien y preguntará: ¿cuánto gana Loret? para acabar con el tema.
Por cierto, de ninguna de estas recomendaciones realizadas por la comunidad internacional está enterada nuestra Comisión Nacional de Derechos Humanos porque ella no nos defiende, solo está a favor de la CuatroTé, pero eso sí, dice ser la mejor del mundo.