Edificios, naves industriales, centros comerciales, puentes. Toda construcción con la que convivimos a diario tiene un elemento en común: el concreto. Éste ha definido el sector en los últimos siglos. Sin embargo, su producción genera un alto costo para el medio ambiente. La mezcla de cemento, agua y arena, por más funcional que sea, amenaza el bienestar del planeta.
La fabricación del concreto es responsable de 6 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Pero no solo se detiene ahí, pues utiliza uno de los elementos naturales más importantes para la vida humana: el agua. Específicamente 200 litros por cada metro cúbico, generando un gasto anual de 16.6 kilómetros cúbicos para la elaboración de este material de construcción. Como contexto, una persona requiere de 100 litros de agua al día para satisfacer sus necesidades personales (comida, bebida e higiene).
Esto es solo la punta del iceberg. Por ello, el sector de la construcción se ha visto obligado a buscar soluciones que cuiden al medio ambiente y la sociedad. Pero, ¿estamos listos para eliminar el uso del concreto? ¿Qué opciones hay que garanticen la misma efectividad que brinda este material?
Cuando el hombre empezó a construir, el material preferido para cimentar estructuras pesadas era la madera. Con el paso del tiempo, se fue innovando hasta la creación del concreto. Hoy estamos nuevamente ante un momento de cambio, donde la innovación de los ingenieros ante los retos actuales y el avance tecnológico en la maquinaria de construcción es la clave para dar los primeros pasos al reemplazo del concreto por materiales naturales, como la grava compactada mecánicamente, que podría convertirse en el pilar de las cimentaciones del futuro. El reto a vencer es el conservadurismo de la industria y las prácticas arraigadas.
Las cimentaciones construidas con columnas de grava compactadas tienen los mismos resultados que las pilas de concreto, pero por una fracción de su tiempo y costo. Con el factor diferenciador que elimina el uso del agua y del acero.
El mundo está en evolución constante, la conciencia del sector sigue avanzando y pronto se adoptarán técnicas de construcción diferentes que garanticen sustentabilidad y bienestar. ¿Cómo acelerar el cambio hacia un futuro más verde? El primer paso es la educación en los líderes de la industria, el dar a conocer las oportunidades que brinda la tecnología y pensar más allá de lo tradicional.
De hacerlo, en poco tiempo las cimentaciones alternativas pueden convertirse en una nueva fase de cambio para un sector que ha castigado al planeta por muchos años. Solo es cuestión de querer cambiar e innovar en pro del futuro que queremos dejar a nuestros hijos y nietos.