Política

AMLO y el estilo personal de gobernar

Se ha señalado con frecuencia que el presidente López Obrador busca retornar a un México idílico de hace 50 años, antes del neoliberalismo. Por tener su gobierno una lógica estatizante, centralizadora y autoritaria algunos hacen el símil con el gobierno de Luis Echeverría. De ahí que se haya puesto de moda releer El estilo personal de gobernar, de Daniel Cosío Villegas, escrito en 1974.

Algunas similitudes son impresionantes: “La constante más sobresaliente del Presidente es su extraordinaria locuacidad… para el presidente hablar es una necesidad fisiológica cuya satisfacción periódica resulta inaplazable”. “Está convencido de que, quizás como ningún otro presidente, se desvive literalmente por hacer el bien a México y los mexicanos. De allí salta creer que quien critica sus procedimientos, en realidad duda o niega la bondad y la limpieza de sus intenciones. No está construido física y mentalmente para el diálogo sino para el monólogo, no para conversar sino para predicar. Mi conclusión se basa en la desproporción de sus reacciones o las de sus allegados ante la crítica, y en la pobreza increíble de los argumentos con que la contestan”.

Hay diferencias muy claras entre el estilo y la persona de Luis Echeverría y del Presidente López Obrador.

Las elecciones intermedias pondrán a prueba la capacidad de discernimiento

El actual presidente es intelectualmente más limitado, menos respetuoso del marco legal e institucional; Echeverría veía en la transformación de la normatividad, impulsando  decenas de leyes de gran calado (como Ley Federal de la Reforma Agraria de 1971 o la Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión Extranjera).

Afortunadamente nuestro país, su sociedad y sus instituciones se han transformado para bien en esos 50 años. Ya no es del todo aplicable lo que señalaba Cosío: “Como en México no funciona la opinión pública, ni los partidos políticos, ni el parlamento, ni los sindicatos, ni la prensa, ni el radio y la televisión, un presidente la República puede obrar, y obra, tranquilamente de un modo muy personal y aun caprichoso”.

La economía mexicana es mucho más grande y vigorosa, por lo que la incidencia de la inversión pública y las directrices e imposiciones del gobierno se diluyen en una economía más profunda y más abierta al exterior. Hay aún periodismo independiente y los medios electrónicos, en internet y en redes sociales ya no pueden ser fácilmente reguladas ni acalladas.

A pesar de los ataques frontales a entidades autónomas y de contrapeso, todavía hay ámbitos de Derechos y de autonomía irreversibles. Si algunas instancias de fiscalización y de impartición de justicia han cedido o presentan posturas cautelosas, es de esperarse que pongan límites ante los embates e insultos del presidente. La visión internacional y global de AMLO es casi inexistente, y sus viajes o actividad exterior mínimos.

Las elecciones intermedias pondrán a prueba la capacidad de discernimiento informado de la ciudadanía, determinarán si esa apuesta retro e imposible del presidente, y sus casi nulos resultados en los problemas de política pública de seguridad, de salud, promoción económica y desarrollo institucional, merman la hegemonía presidencial en la Cámara de diputados federal, lo que reactivaría un contrapeso vital en el Congreso. 

​Guillermo Zepeda

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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