En los últimos años la violencia en México ha alcanzado niveles sin precedentes. 2018 cerró como el año más violento en la historia reciente de nuestro país, con más de 33 mil víctimas de homicidio doloso o intencional.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) presentó recientemente un estudio global sobre homicidio, en el cual se resalta que los efectos del homicidio doloso van más allá de la pérdida de una vida, ya que permea en las vidas de los familiares de las víctimas y de toda la comunidad, quienes pueden ser descritas como “víctimas secundarias”. Además, crea un ambiente violento que tiene un impacto negativo en la sociedad, la economía y las instituciones.
México se ubica entre los países más violentos en términos de homicidios. El país con la mayor tasa es El Salvador con 61.8 homicidios por cada 100 mil habitantes, seguido de Jamaica, Honduras, Belice y Sudáfrica. México ocupa la decimosegunda posición, con una tasa de 24.8, un valor muy similar al observado en Colombia.
México es el país más violento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con una tasa de homicidios de 24.8. Le sigue de lejos, Estados Unidos, con una tasa es de 5.3. Chile, el otro país de Latinoamérica que pertenece a la OCDE, cuya tasa de homicidios es de 4.3. La mediana de esta tasa de los países miembros de la CODE es de 1.1. La más baja es la de Japón con 0.2 homicidios intencionales por cada 100 mil habitantes.
Al analizar las causas de muerte por sexo, encontramos que las agresiones son la principal causa de muerte entre los hombres de 15 a 44 años en México, siendo más representativo en el grupo de edad de 20 a 24 años, donde del total de hombres fallecidos, 38.5% corresponden a esta causa. En el caso de las mujeres, las agresiones son la principal causa de muerte en el rango de edad de 20 a 24 años, representando el 16.5% de las defunciones en este grupo. La UNODC estima que más de la mitad de los homicidios de mujeres son cometidos por parejas sentimentales u otros miembros de la familia de las víctimas, y que una proporción aún mayor son cometidos por cuestiones relacionadas al género.
En 2018, la entidad con la mayor tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes fue Colima, con una tasa de 93, seguido de Baja California (89.1), Guerrero (68.1), Chihuahua (58.7) y Guanajuato (53.8). Los niveles de violencia de estas entidades están por encima de los países más violentos del mundo.
Por el contrario, en México, la entidad con menor tasa por cada 100 mil habitantes es Yucatán, con una tasa de 2.2 homicidios (única entidad por debajo de la media internacional de 5 homicidios por cada 100 mil habitantes), seguido de Aguascalientes (5.5). Campeche (7.4), Hidalgo (7.6) y Coahuila (7.8).
En la próxima entrega veremos cómo esta espiral de violencia sólo puede ser contenida si se mejora la capacidad de investigación criminal del Estado mexicano, se reduce la impunidad y se hace una prevención social de las violencias, de acuerdo con los estudios de la Fundación Impunidad Cero.