Los Philadelphia Eagles buscarán venganza este domingo 9 de febrero frente a los Kansas City Chiefs, cuando se enfrenten ambos equipos en la edición LIX del Super Bowl, a celebrarse en el Caesars Super Dome en la ciudad de Nueva Orleans, Louisiana.
Para entrar en contexto, el 12 de febrero de 2023 en el Super Bowl LVII, los mismos Kansas City Chiefs vencieron por marcador de 38-35 a los Philadelphia Eagles en uno de los partidos de campeonato más emocionantes de los últimos años, donde Patrick Mahomes dio cátedra con tres pases de anotación.
Iniciamos el análisis con el equipo de la Conferencia Nacional, los Philadelphia Eagles, que se volvió imbatible desde la semana 6.
Al regresar de la semana “bye”, se volvieron un coloso de la liga; han ganado 16 de los 17 últimos partidos que han disputado y, salvo por su derrota frente a los Commanders en la semana 16 de temporada regular, bien pudieran haber tenido una campaña invicta en otra época.
Se habla mucho del ataque de los Eagles, y es que la llegada de Saquon Barkley le vino a dar otra dimensión al equipo, el cual ya era muy poderoso con Jalen Hurts como su mariscal de campo, y con los estelares receptores A.J. Brown y DeVonta Smith; además del ala cerrada Dallas Goedert, muy efectivo en trayectorias en el centro del campo.
Para ganar, Philadelphia deberá jugar sin errores; no puede soltar un balón o sufrir una intercepción.
Necesitará correr el balón con Barkley y marcar de seis; y mantener fuera del terreno de juego a Mahomes, no dejarlo entrar en ritmo.
No puede cometer el error de los Buffalo Bills y no marcar de seis. Requerirán series ofensivas largas y que, al llegar a la pausa de los dos minutos del cuarto cuarto, lleve una ventaja de más de 8 puntos; de lo contrario, el pasador de los Chiefs les puede repetir la dosis.
A la defensiva, necesita mantener a Mahomes con series de tres jugadas y fuera, no permitirle sentirse cómodo, y tampoco lograr mover las cadenas.
Al quarterback de los Chiefs, los Patriots, en su momento, encontraron la forma de someterlo: tenerlo viendo el juego desde las diagonales, no adentro del terreno de juego.
Por su parte, los Kansas City Chiefs son un equipo que sabe ganar los duelos importantes, y los Super Bowls es donde mejor se sienten los pupilos de Andy Reid; manejan la presión escénica a la perfección.
El ataque de los Chiefs ya no es el que genera 30 o 40 puntos por partido, pero hacen los suficientes para ganar.
Necesitarán en las primeras series ofensivas proteger a Mahomes; los Eagles querrán golpearlo y disminuirlo, pero, si se mantienen en el marcador con diferencia de menos de 7 puntos, siempre tendrán oportunidad de ganar.
Travis Kelce está de regreso y, con su experiencia, será de mucho valor para pases en la zona de linebackers y lograr mover las cadenas.
La defensiva de los Chiefs —que es muy buena— requiere ponerle presión a Jalem Hurts, sobre todo no dejarlo salir de la bolsa de protección; es muy bueno corriendo el balón y obligarlo a lanzar pudiera incomodarlo.
Si Kansas es capaz de neutralizar a Barkley como corredor, los Eagles deberán modificar su plan de juego, y es ahí donde Reid, Mahomes y la defensiva, juegan mentalmente con sus rivales hasta hacerlos cometer errores.
Mucho se habla del quarterback de los Chiefs y lo infalible que es para ganar, sin embargo, mucho del crédito es de Andy Reid, un entrenador en jefe que es un fenómeno para descifrar debilidades de los equipos rivales: es uno de los mejores en la historia.
Finalizo con dos aspectos que me parece importante destacar, porque ahí pudiera darse la definición del partido.
Primero: los pateadores de goles de campo, quienes definen campeonatos en una jugada. Segundo: los árbitros, quienes estarán en el ojo del huracán para ver si no favorecen a Mahomes y los Chiefs, como se ha señalado mediáticamente.
Esperamos un gran partido, cerrado en el marcador y con un desenlace emocionante en los dos minutos finales.
Veremos si sigue creciendo la leyenda de Mahomes, o los Eagles al fin pueden encontrar la fórmula de vencerlo y ganar su segundo título.