Política

Afloje un foco

El conductor del programa “Campañeando” de TV Azteca Vicente Gálvez recuperó ese anuncio que salía en los periódicos de los años setenta, cuando los apagones eran recurrentes en un país donde la infraestructura era infrahumana: “Ayude un poco, afloje un foco”, decían los desplegados en búsqueda de la solidaridad ciudadana ante los rezagos energéticos.

Así como hoy. El viernes pasado, los servicios meteorológicos informaron de la magnitud de la tormenta polar que azotó al norte del país desde el fin de semana. Era notorio que habría problemas a partir de las bajas temperaturas. Problemas que pocos pensaron incluirían la parte energética.

Durante años, se ha sabido de lo volátil del mercado del gas natural. Los precios pueden fluctuar entre los dos dólares por unidad de millón entre metros cúbicos en verano hasta dispararse a 500 dólares por la misma unidad en invierno. De hecho, se negocia para evitar ese tipo de desbalances a partir de seguros y contratos que van más allá del precio spot.

Cosa que no se hizo en esta ocasión.

Ante el encarecimiento del precio y la negativa de servicio por parte de Texas a partir de sus propios problemas de distribución -asunto que es motivo de estudio-, el país se vio envuelto en una nueva crisis energética. Una más en menos de dos años.

Ayer jueves, el gobierno justificó los problemas responsabilizando una vez más al pasado. Para el discurso gubernamental actual, seguimos en diciembre 1 de 2018, el tiempo no avanza y no se ha podido tomar ninguna decisión de avanzada. El peso del PRI -y el PAN, para el caso- es tan grande que no los deja avanzar.

Pero uno debe leer entre líneas.

El país está inundado de combustóleo, combustible que le ha costado enorme trabajo colocar a PEMEX en el mercado internacional a partir de regulaciones y prohibiciones que buscan erradicar sustancias que envenenan el ambiente. Ante el cambio de preferencias energéticas mundiales, el gobierno ha encontrado en la crisis actual una forma de colocar, de manera local, sus excedentes.

Si contamina no es del interés actual, el medio ambiente no es precisamente una de las prioridades de la “cuarta transformación”, el ojo se pone en otros asuntos, preferentemente electorales.

La elección es la prioridad de la administración de López Obrador. Si pierden la mayoría en la cámara, el tope hacia sus iniciativas -entre ellas la fiscal- será total. Si gana, el país podrá conformarse a la medida del Presidente, deseo que no ha logrado cumplirse a partir de lo azaroso de las condiciones actuales.

La pandemia estropeó tiempos y tácticas. Aún lo hace. Se pretende olvidar el problema a partir de conteo y hazañas vacunatorias, pero los muertos siguen arriba de los mil por día y los contagios siguen en niveles altos. La esperanza persiste, pero el goteo es lento y, aún hoy, no hay certezas que tiempos y formas se cumplan dentro del plan de vacunación.

El mega apagón puso luz en otro problema más del gobierno actual, las respuestas son las mismas en cada ocasión ya que el discurso no debe -ni por asomo- aceptar fracaso alguno: el problema es de otros que lo dejaron así por rateros, por asesinos, por cínicos. Espejo que ellos pretenden sea retrato de otros. Cinismo que se refleja en una expresión dentro de su ejercicio propagandístico diario, “ya chole”.

Ayer en la noche, el gobierno insistió en una campaña para fomentar la solidaridad ante el problema energético. “Apoya un poco, apaga un foco”, dice la campaña. No es falta de creatividad, es exceso de cinismo. Y todo en exceso es tóxico.

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Gonzalo Oliveros
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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