Arrancó el mes de octubre, al que se le ha catalogado como el “mes rosa” en el que se trata de sensibilizar sobre el Cáncer de Mama. En el mundo, este es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres. Y en México representa la primera causa de muerte entre nosotras; según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en nuestro país muere una mujer víctima de este padecimiento ¡cada 2 horas!
Si bien esos datos no son nada nuevo, pues es parte de lo que cada año se nos dice hasta el cansancio en estas fechas, lo que sí es digno de reflexionar es el “poco amor propio” que nos tenemos (en general, aunque con excepciones) las mujeres. No tosiera el chamaco, que ahí vamos corriendo a llevarlo al doctor, pero si se trata de nosotras siempre nos dejamos hasta el último lugar.
Tristemente esa falta de amor propio, ese dejarse hasta el último, es lo que provoca que la mujer no vaya a hacerse una mastografía. Siente que siempre hay algo más importante qué hacer o a quién atender que a ella misma. Se le olvida que la persona más importante para su vida debe ser ella, inclusive por encima de sus hijos ¿por qué? Porque si la mujer está bien en todos los aspectos, sus hijos también lo estarán. Es como en el avión, si hay un cambio de presión tú deberás colocarte primero tu mascarilla para poder ayudar al de al lado. Date tiempo para ir al médico, para comprar ropa, para ir a un restaurante o salir con tus amigas sin sentir culpa.
Las mujeres de hoy hemos logrado grandes avances sociales a pesar del machismo que aún impera. Gracias a nuestros logros en el aspecto profesional hemos ganado el reconocimiento generalizado en diferentes ámbitos que antes eran exclusivos de los hombres. Sin embargo, a diferencia del sector masculino, nosotras no nos conformamos con ser exitosas a nivel profesional; también queremos dar nuestro máximo esfuerzo en muchas otras áreas: la maternidad, la vida en pareja, la cocina, la limpieza del hogar. Sin embargo, deberíamos procurar involucrar a nuestra pareja en áreas que antes eran exclusivas de nosotras en el hogar y no dejarnos a nosotras mismas hasta el último en la lista de prioridades.
Así que este mes, y siempre, vigila tu salud, acude a tu revisión ginecológica y a que te practiquen una mastografía. Recuerda que tú eres la columna vertebral de tu familia y si tú estás bien, todos en casa lo estarán. Y sobre todo no olvides que la mejor herencia que le puedes dar a tus hijos es el ejemplo del amor propio.
O a ti ¿qué te dice el espejo?
Gina Serrano
