Política

Un oasis de vida y fraternidad

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No todos saben que Gil Gamés mantiene conversaciones secretas con Román Revueltas, compañero en las páginas de este diario. Quien conozca a Revueltas sabe que no sólo tiene tino como observador de la terrible realidad nacional, sino que es un músico extraordinario y un conocedor serio de la cultura francesa. Así las casas (muletilla patrocinada por Bartlett, “el consentido”).

Gil y Revueltas se encontraban en una de sus charlas secretas cuando Román le ofreció un breve texto de Edgar Morin, en francés. Y Gil se puso a traducir. Morin, gran sociólogo francés, ha cumplido 99 años, gran especialista en Marx, Hegel y Spinoza. En 1940, Morin huyó a Toulouse cuando se enteró de la invasión nazi y se dedicó a ayudar a los refugiados. Formó parte de la resistencia francesa y se unió al Partido Comunista Francés. Participó en la liberación de París. Lean las líneas de este sabio.

***

Fui sorprendido por la pandemia, pero en mi vida he tenido siempre la rara costumbre de que llegue lo inesperado. La llegada de Hitler, algo inesperado para todo el mundo. El pacto germano-soviético fue inesperado e increíble. El principio de la guerra contra Argelia fue inesperado. No nací sino para lo inesperado y la costumbre de las crisis. En este sentido, vivo una nueva crisis enorme que tiene las características de todas la crisis. Es decir, que de un lado suscita la imaginación creativa y suscita los temores de los miedos y las regresiones mentales. Buscamos una señal providencial, pero no sabemos cómo. Hay que aprender que, en la historia, lo inesperado se producirá y reproducirá. Queremos habitar las certidumbres, las cosas estáticas, las previsiones, con la idea de que todo es estable mientras todo entra en crisis. Debemos aprender a vivir con la incertidumbre, es decir, tener el valor de afrontar y de estar listos para resistir las fuerzas negativas.

La crisis nos vuelve más locos y más sabios. Una cosa y otra. La mayor parte de la gente pierde la cabeza y otros se vuelven más lúcidos. La crisis favorece a las fuerzas más contrarias. Deseo que sean las fuerzas creativas, las fuerzas lúcidas, las que encuentren un nuevo camino, las que se impongan aun si son débiles y dispersas. Podemos indignarnos con justicia, pero no encerrarnos en la indignación.

Hay algo que olvidamos: hace veinte años empezó un proceso de degradación en el mundo. La crisis de la democracia no solamente en América Latina, sino en los países europeos. El dominio del provecho ilimitado que controla todo, existe en todos los países. Lo mismo la crisis ecológica. El espíritu debe hacer frente a las crisis para dominarlas y dejarlas atrás. Si no, seremos sus víctimas. Vemos ahora que se instala el autoritarismo. Uno que no tiene nada que ver con el del siglo pasado. Pero tenemos todos los medios de la vigilancia, de los drones, de los celulares, del reconocimiento facial. Hay todos los medios para que exista un totalitarismo de la vigilancia. El problema es impedir que esos elementos se reúnan para crear una sociedad totalitaria e invivible para todos nosotros. ¿Qué puedo querer si me acerco a los cien años? Deseo fuerza, valor y lucidez. Necesitamos vivir en pequeños oasis de vida y de fraternidad.

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En asociación libre y libro. Gil Gamés recordó a uno de sus escritores favoritos: Isaac Bashevis Singer y una pieza mayor: “Gimpel el tonto”.

Los días que corren le recordaron el viejo cuento y en especial este pasaje: “Viajé por el país de arriba abajo, no me faltaron las buenas personas. Al cabo de los años envejecí, mi pelo se puso blanco; escuché muchas cosas, muchas mentiras y falsedades, pero cuanto más tiempo vivía y más años cumplía entendí que realmente no existen las mentiras. Lo que no sucede de verdad se sueña de noche. Le sucede a uno si no le sucede a otro, mañana si no hoy o dentro de un siglo, si no el año que viene. Oía cosas de las que decía: ‘Bueno, eso es algo que no puede suceder’, pero antes de que pasara un año resultaba que había ocurrido en alguna parte”.

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Todo es muy raro, caracho. Repitamos: “un oasis de vida y fraternidad”.

Gil s’en va
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  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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