Política

Toga o no toga, esa es la cuestión

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Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil se enteró de que unos días después de que el próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Hugo Aguilar Ortiz, anunció que no usará toga como ministro del máximo tribunal, senadores de Morena presentaron una iniciativa para eliminar el uso obligatorio de esa prenda. Toga o no toga, esa es la cuestión.

Qué forma de hacerla de tos, de producir demagogia en cantidades industriales. De eso trata Morena, esa fábrica de destrucción masiva. Cambiemos todo, si le permiten a Gil: a lo pendejo. El episodio retrata a los dirigentes del partido y a muchos de sus seguidores: estuches que contienen a sonsos, ignorantes y su pareja perfecta, el autoritarismo.

Gamés se pregunta si tiene sentido proponer que se elimine la toga. Desde luego que no, y mucho menos después de lo que ha ocurrido en la elección judicial. Un amigo que no malquiere a Gil dijo esto: “el destogamiento es un acto de propaganda”.

Los preclaros senadores que han presentado esta propuesta destogada con el objetivo de erradicar símbolos que consideran de lejanía y elitismo han sido Laura Estrada Mauro y Antonino Morales, senadores de Morena y, por otro pero el mismo lado, Luis Alfonso Silva Romo, del Partido Verde. El Doctor I.Q. estaría feliz con ellos. Abajo a la derecha tenemos a unos senadores, doctor.

Vestir y desvestir

No dan golpe y tienen un dedo de frente estos legisladores, pero están en lugares donde su visibilidad les permite armar pequeñas tolvaneras. La toga, insiste Gilga, ¿a quién le importa? Destruyamos la toga. Pues cómanse las togas con papas, senadores. Y si Hugo Aguilar quiere llegar a la Corte de hot pants, a Gil le tiene sin cuidado, no así las resoluciones que impulse, o que le dicten, o que le digan que debe obsequiar. Si ya desaparecieron al Poder Judicial, la toga viene siendo pelillos a la mar, como diría el clásico.

¿La indumentaria tiene un significado? Desde luego, cuando veamos en un campo de fútbol a 22 jugadores que se presentan a jugar de traje y corbata, y jueguen así noventa y tantos minutos, pensaremos que se ha desvirtuado el juego. Si los militares vistieran sin uniforme tal vez serían maestros de universidad y no integrantes de las fuerzas armadas.

Gil no se dejará engañar. Estas bagatelas ocurren en gran medida por ineptitud y estupidez, pero sobre todo para tapar el fracaso de la elección y la desaparición de la división de poderes. Total: la iniciativa de los legisladores de Oaxaca plantea modificar el artículo 4º de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que actualmente establece que los ministros deben portar togas de seda negra y puños blancos, conforme a un decreto vigente desde 1941.

Tontines

Así piensa la cabeza de chorlito de estos legisladores. Lean su informe: esta reforma busca que las ministras y los ministros vistan de manera formal o tradicional, “acorde con sus orígenes, costumbres y preferencias”, resaltando que la nueva época judicial debe reflejar cercanía con el pueblo y atender las injusticias históricas. Lo dicho: unos borricos.

“El pueblo decidió libremente, mediante su voto, elegir a las ministras y ministros de la Suprema Corte. Es momento de que la justicia se represente también en su forma, en su imagen, como una institución que responde al pueblo”, señaló el senador Antonino Morales. Antonino, pan y vino, “una institución que represente al pueblo”, mecachis. Sigan cometiendo dislates, no dejen porque al final serán ustedes senadores las víctimas de los disparates. Ay, sí, Gamés muy sentencioso, muy Chamfort, muy Martinoli. Este legislador subrayó que “la toga judicial es un símbolo de la justicia de antes, la de los privilegios y el elitismo”, por lo que debe dejar de usarse.

Hagamos la revolución: que los ministros y las ministras se presenten desnudos, sin tapujos y ropajes neoliberales (tapujos, gran palabra), sin elitismo, sin lejanía del pueblo.

En ese sentido remarcó que la toga judicial “es un símbolo de la justicia de antes, la de los privilegios, una indumentaria que no respondió a los intereses del pueblo y, por lo tanto, no corresponde con los nuevos anhelos de la justicia, puesto que se le identifica con la justicia del neoliberalismo, la de la élite, por lo que debe dejar de usarse en el más alto tribunal de la nación”.

Todo es muy raro, caracho, como diría Publilio Siro: “Derribar las leyes es quitarse a sí mismo el primer apoyo”. 

Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • [email protected]
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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