Gil había tomado una reparadora siesta durante el juego del Cruz Azul contra Pachuca. Cuando abrió un ojo, Gamés vio a Santiago Jiménez, el hijo del Chaco, anotar un gran gol de palomita con el cual la Máquina que pita y pita pasa a la final del torneo. Cuando abrió otro ojo vio a Corona, gran arquero, hacer de las suyas y salvar a su equipo. Corona tiene 40 años, sí señor. Por todos los dioses del balompié, ya, ofrezcan un juego que no nos duerma.
Otro gran portero
El coordinador de la mayoría parlamentaria de Morena en el Senado de la República, Ricardo Monreal, debería ser portero, pero de un edificio elegante. Gil lo leyó en su periódico MILENIO. Vean este despeje: una nota de Fernando Damián informa que Monreal emplazó al gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, “a dar la cara y presentarse ante las autoridades si considera que no existen elementos para una orden de aprehensión en su contra”.
El senador se jugó el físico en esta salida y subrayó que la orden de captura por delincuencia organizada y lavado de dinero contra el mandatario tamaulipeco, a quien la Cámara de Diputados retiró la inmunidad procesal, es un proceso normal y consecuencia jurisdiccional de los hechos. “Pero, en todo caso, si no fuera así, ¿por qué se esconde el gobernador?, ¿por qué no da la cara y cumple otras funciones que le tiene encomendada la Constitución a quien es señalado como presunto responsable?”, cuestionó.
Una salida de Monreal con los puños sobre el balón: “La crisis institucional que vive Tamaulipas debe ser resuelta con rapidez, ya sea por los canales institucionales o con la intervención del Senado de la República en la desaparición de poderes; me inclino por un arreglo institucional, por un acuerdo consensuado entre las partes y en ese sentido estamos pugnando por ello”.
Gil no comprende
Gil lo leyó en una nota de la redacción de Animal Político: “El presidente Andrés Manuel L(i)ópez Obrador lamentó la venta de niñas en comunidades de Guerrero y pidió no estigmatizar a las comunidades indígenas del país”. Nadie estigmatizó a nadie, simplemente se dio una noticia y denunció una monstruosidad.
El Presidente comentó que estos hechos “se dan desgraciadamente, en todas las clases sociales”. Durante su conferencia matutina, AMLO señaló que “esta idea de que en las comunidades indígenas sucedan estas cosas y que se cometen hechos de barbarie no debe prevalecer”. El mandatario continuó diciendo que esta idea “no corresponde a la realidad” y que “es bastante clasista y racista. No es un asunto generalizado”. Pero Gil dice: ¿Entonces cerramos los ojos? ¿Nada ha pasado? ¿Y en qué consiste el racismo y el clasismo de estos delitos horrendos? Dios de bondad.
Según el Presidente, en los indígenas “hay una reserva de valores culturales, morales y espirituales”. Aseguró que lo que se hace es “fortalecer los valores que hay, que no sea lo material lo fundamental”.
Ya en serio, qué valores pueden existir en la miseria, en la pobreza, en la desesperación de ver a tus hijos morirse de hambre.
El presidente Liópez Obrador dijo que estas situaciones ocurren “por los valores que se van perdiendo, por la descomposición social, el predominio del dinero, de lo material, la desintegración familiar y el abandono a los hijos”. Ay mis hijoos, no entendemos nada.
“La descomposición social y la desintegración de las familias se da más arriba que abajo”, es decir que “es menor en los pueblos indígenas que en los pueblos no indígenas”. Gil sufrió un desvanecimiento. ¿De verdad el Presidente quiere que vivamos como viven los pueblos indígenas? ¿No debería ser al revés, que los indígenas tuvieran agua, techo, escuela, un porvenir?
El Presidente: “es muy lamentable que ocurran estos hechos y que no se deben permitir, y no debe de haber ningún tipo de maltrato, ultraje, violaciones, en contra de las mujeres”. Gamés no entiende nada y sospecha que el Presidente tampoco.
Luismi
Dejemos esto. El nuevo capítulo de Luis Miguel, la serie, está por empezar. Gilga no pierde la esperanza de que la serie dé un subidón. Vamos.
Todo es muy raro, caracho, Gil lo oyó en la calle. “No tenemos un quinto partido por la mitad”.
