Política

Los 'Ardillos' y la gobernadora de rodillas

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Gil contaba ayer en esta página del fondo de la toma de la Autopista del Sol, de la forma en que habitantes de pueblos de la Montaña guerrerense sometieron a la Guardia Nacional, hicieron rehenes a policías estatales y guardias y los despojaron de, al menos, dos coches militares blindados para dirigirse a Chilpancingo. Pues con la novedad de que Gilga, como suele pasarle, se quedó corto. En una nota bien tramada y reporteada de Arturo Ramos Ortiz en su periódico Crónica, Gamés se enteró de algo que sospechaba y no se atrevió a mandar a la imprenta. Escribe Ramos Ortiz: “El corredor que va de Petaquillas, en la Autopista del Sol, hasta la planta eléctrica de Colotlipa (a unos 50 kilómetros de Chilpancingo) es un enclave bajo control absoluto de Los Ardillos, banda del narco que controla los plantíos de amapola de la Montaña y el actual proceso de reconversión de la droga en anfetaminas. Ayer, desde ese corredor, miles de habitantes y líderes locales que no pueden disociarse de Los Ardillos (sus gobernantes de facto) tomaron la capital estatal, Chilpancingo (…) y embistieron la sede de los poderes del Estado y finalmente hicieron que la gobernadora Evelyn Salgado enviara negociadores para llegar a un acuerdo  y recuperar la paz de la ciudad guerrerense”.

Así las casas (muletilla patrocinada por el silencio, pero ya sabe usted de qué director eléctrico hablamos), Gilga no recuerda la capital de un estado tomada militarmente por el crimen organizado, y una gobernadora obligada a ceder a las demandas de un grupo de asaltantes, criminales e integrantes del hampa. Se ve feo, se oye feo, está muy feo.

Ardillo al mando

Esperen, no se vayan todavía. Ramos Ortiz cuenta, y cuenta bien, que la toma de Chilpancingo ocurrió unos días después de que trascendiera un video en el cual puede verse a la alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández, con El Ardillo, el líder de la banda criminal, y que aumentara la presión de estos narcos sobre las autoridades civiles locales y estatales. A Gil se le ponen los pelos de punta.

Ahora mal sin bien, lea usted esto: “Los Ardillos ordenaron el cierre del suministro de agua de la ciudad proveniente de las Cañadas, territorio que controlan. De este lugar proviene también la electricidad, así que tenían aún más medios de presión”. A Gil se le ponen los pelos de punta y punto.

La gobernadora mandó una botella al mar de la redes sociales: “Como propuesta de nuestra política de diálogo y no represión, el secretario general de Gobierno, Ludwig Reynoso, sostiene en estos momentos un encuentro con los manifestantes que esta mañana realizaron movilizaciones en Chilpancingo. El objetivo es transitar con quienes realizan esta protesta hacia la ruta del entendimiento y los acuerdos, todo dentro del marco de la legalidad y con ello garantizar el libre tránsito a la ciudadanía de esta capital”. Muy bonito, la gobernadora cede a las presiones del crimen organizado, dobla la manos, se vence. La verdad: no hay gobierno en Guerrero.

Liópez en acción

El Presidente hizo un llamado a la gente de la Montaña de guerrero, Chilapa, Chilpancingo, para que no se deje manipular por los integrantes de la banda de Los Ardillos, quienes exigen la liberación de dos de sus líderes: “Que no se dejen, que si los obligan y los amenazan, que actúen con prudencia, que no se confronten con los dirigentes, que se queden callados, pero que no se dejen manipular”.

Mon Dieu! Esto que acaban de leer no lo inventó Gilga, lo dijo el Presidente. Quédense callados, no sean imprudentes, pero no se dejen manipular. ¿Alguien entendió? ¿Qué les parece la estrategia de seguridad del gobierno? Esto va aún más allá de los abrazos, ahora se trata de guardar silencio y no ser imprudente. Es que de veras. ¿Y no convendría que Liópez Obrador ofreciera lo que todo gobernante debe: seguridad para sus gobernados? Y resulta que no: usted no se agite, ya nuestros negociadores le conceden al narco lo que piden, luego el tránsito en la Autopista del Sol se reanudará, los rehenes regresarán sanos y salvos y los jefes de Los Ardillos volverán a las montañas a delinquir. Vamos bien. Muy bien.

Todo es muy raro, caracho, como diría Thomas Fuller: “El número de malhechores no autoriza el crimen”. 

Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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