Política

Dos tipos de cuidado

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Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio (ya qué), Gil meditaba en los ojetes, con el perdón de las damas y los caballeros que se ha acercado a esta página del fondo. Una nota de Alejandro Caballero en su revista Proceso informa que “el diputado federal Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo, se disculpó de manera pública con la legisladora panista Adriana Dávila Fernández por haberla insultado en una conferencia sobre la trata de personas, efectuada en el Congreso de Tlaxcala”. También mostró los comprobantes de la inscripción a cursos de sensibilización que imparte la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Ji. Díganos, niño diputado Noroña, ¿se debe respetar o no a las mujeres? No sé, maestra, me caen mal las viejas. Gerardo, tú de plano no tienes arreglo.

De esta manera, Fernández Noroña acató la sentencia dictada en su contra por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El diputado petista declaró que su disculpa pública “va acompañada del reconocimiento de la responsabilidad y el alcance de mis palabras y del error político de mis expresiones”.

Esto está muy bien, pero no le quita lo fanático a este energúmeno que sólo el azar, los desgraciados votos y la mala suerte lo llevaron a la Cámara. Pues no que muy muy, Noroña, no le saque, desafíe a la autoridad. Mmm, resultó culebrón el Noroña. Jiji.

“Ofrezco esta disculpa, no sólo en cuanto a la sentencia del TEPJF sino en mi absoluta convicción de que hay que erradicar todo tipo de violencia contra las mujeres hasta lograr una sociedad de iguales”.

El 4 de octubre de 2019, el diputado participó en un debate en el Congreso de Tlaxcala. En esa fecha expresó: “Me comentan que hay una diputada, que fue senadora, y que está vinculada a este tema (grupos criminales) y es más bocona que la chingada; no sé si sea cierto o no, pero en Tlaxcala siguen los problemas. Pasen elementos para ponerle una chinga la próxima vez que abra la boca”. Lo dicho: un miserable, el retrato perfecto de un machista violentísimo.

La diputada panista, ni tarda ni perezosa presentó una denuncia ante el Instituto Nacional Electoral (INE), que dictaminó como violencia política de género lo expresado por Fernández Noroña y le exigió que ofreciera una disculpa pública, a lo que se negó y apeló ante el TEPJF, que le dio la razón a la legisladora. Oiga Noroña, rómpales la madre, nomás faltaba que se le imputara a usted, diputado, el adjetivo de ojete y además cobarde. Ji. Qué o qué, donde nos vemos y un tirito. ¿Se va a abrir el diputado Noroña? Ji.

Vicente Fernández

El último charro de México, Vicente Fernández, apareció en un video de hace algún tiempo con unas chicas. En el video, a una de ellas no la abrazaba de la cintura, sino que le apretaba un pecho. ¿Hablábamos de ojetes? Gil cantó: “Hablando de mujeres y traiciones se fueron consumiendo las botellas, pidieron que cantara mis canciones y yo cante unas dos en contra de ellas. De pronto que se acerca un caballero, su pelo ya pintaba algunas canas, me dijo, le suplico compañero, que no hable en mi presencia de las damas. Le dije que nosotros, simplemente, hablamos de lo mal que nos pagaron”.

Gil relinchó y luego leyó las declaraciones de Chente: “Acosar es que yo la haya llevado a una caballeriza y que, a la fuerza, le haya bajado la blusa, eso es acoso, pero lo que pasó fue un accidente (…) pero a mí también ellas me agarraban y abrazaban, y me decían: una foto con beso, y yo me dejaba con la boca cerrada”. Boquita cerrada.

Estos dos tipos de cuidado son un par de miserables, ¿qué los diferencia? Nada, o sí, un poco: Chente canta, Fernández Noroña es la roña (oña-oña), un cadenero, un pandillero, una vergüenza de la Cámara de Diputados.

Todo es muy raro, caracho. Como diría Montesquieu: “Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder”.


Gil s’en va
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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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