Política

¿Cómo se les dice a las tortas en inglés?

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La mañanera del Presidente fue como una tornaboda. Aún degustando la miel de la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Presidente se molestó porque los medios conservadores le dieron espacio en sus pantallas a una señora que vendía tlayudas en un pasillo del flamante aeropuerto. “Hablaban de la señora con desprecio, qué poco conocen México, la cultura de nuestro país (…) Ya quisieran comerse una tlayuda. ¿Cómo les dicen a las tortas en inglés?”. Se oye una voz inaudible y el Presidente dice enfático: “¡Hamburguesas!” Gil abre aquí un paréntesis: las tlayudas le encantan y si son del mercado de Jamaica, ni se diga; lo mismo los sopes rojos y verdes; y si Gamés piensa en el taco de barbacoa, se le hace agua la boca. Ah, la cuisinemexicaine: y el huarache, que aspira a ser una tlayuda, ¿Qué tal? Con bistec o con su buen pollo, su crema, su queso y su salsa molcajeteada. Por cierto, ¿cómo se dice huarache en inglés? ¡Pues tenis! No será raro que oigamos esto muy pronto: me da un tenis con pollo y salsa roja.

La tía Eduviges, incorrecta y nerviosa como es, le dijo a Gilga no sin cierto mal humor: pues si se van a poner en ese plan, en lugar de comercios de diversa mercancía que pongan puestos de fruta y verdura, pollerías, una carnicería, varias sederías, una cremería y puestos de comida grasosa. Así, de paso, convierten el aeropuerto más bello del mundo en un mercado, con la enorme ventaja de que se podrá viajar y antes hacer el mandado. La tía Eduviges con su celular a la mano es más peligrosa que cuando Monsiváis infamaba con su viejo teléfono fijo.

Empresarios

Al borde de un ataque de elogios, qué dice Gil al borde, abismados en la alabanza, los empresarios se descosieron y descocieron en miles de encomios. Gilga lo leyó en su periódico MILENIO en una nota bien tramada de Cristina Ochoa. El ingeniero Slim: “Yo creo que Ciudad de México es muy grande, necesita varios aeropuertos, está el de Toluca. Es espectacular el tiempo en que se acabó (el AIFA) y todo, pero necesitamos el de México, hacer un gran aeropuerto”. Gamés recuerda la defensa infecunda que el ingeniero Slim hizo del aeropuerto de Texcoco, y de su  fracaso. Ahora mal sin bien, Carlos Bremer, presidente del grupo financiero Value se voló la barda: “Está muy bonito, es una obra de arte, se hizo a toda velocidad, toda la parte histórica que tiene que está espectacular, me encantó desde la estatua que está  afuera a caballo. Todo representa nuestra historia, entonces yo estoy feliz, disfrutando”. Ji. Bueno, no exageremos: ¿obra de arte?  La verdad no es una obra de Norman Foster: el St. Marie Age en Londres; la Torre Hearst en Nueva York; el Reichstag New Parliament, en Berlín. Ahora mal sin bien, el AIFA, está bueno, pero tampoco exageremos, ni un poco, ni un mucho.

Francisco Cervantes, del CCE, dijo que todos estamos contentos porque además muchas empresas participaron en el AIFA. ¡Bravoo. Vivaaa!

No han faltado voces reconocidas que afirman que lo de las tlayudas ha sido una estratagema del Presidente para destantear al enemigo y desviar hacia un tema banal lo central (al-al). ¡Maquiavelismos de Santa Lucía! Gil de pronto ha sufrido un ataque de nervios, L(i)ópez Obrador ha ganado de nuevo, pues le ha despertado el apetito a Gilga. ¿Me da por favor una tlayuda de Santa Lucía? 

Gabinete de curiosidades

Echar una cana al aire.

El dicho parece aludir al afán de transformar la vejez en juventud, arrancando las canas, sinónimo de vejez.

Esparcirse, divertirse, permitirse una expansión que sale de la rutina diaria; aunque se aplica con frecuencia a personas mayores que hacen cosas impropias de su edad, también se utiliza para definir la diversión de alguien que no lo hace de ordinario. Coloquialmente, a veces adquiere matizaciones sexuales.

(Biblioteca Práctica de la Lengua. Dichos y frases. Milenio/UANL. 2005)

Todo es muy raro, caracho. Un proverbio anónimo dice así: “Cuando todos los odios han salido a la luz, todas las reconciliaciones son falsas”. 

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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