Han transcurrido 24 días de campañas electorales y, al menos las que tienen que ver con la renovación de Ayuntamientos, se han visto opacadas por el tema de la violencia.
Tanto que el gobierno estatal y autoridades electorales han tenido que pronunciarse y anunciar la protección de 23 candidatos en diversos municipios del Estado de México.
El caso más mediático fue el de Valle de Bravo, donde después de tres días la candidata del PRI, PAN y PRD, Zudikey Rodríguez, la atleta del exatlón, silenció su campaña y no se sabía de ella. Que si el crimen organizado, que si un secuestro. Hasta este momento nada de sabe de ello, salvo el mensaje que emitió y en el que solo dijo que estaba bien.
Hoy hay quienes cuestionan a la abanderada vallesana, ¿Fue un secuestro o un autosecuestro? La verdad no se sabe aún pero este tipo de casos se han replicado en varios municipios, lo que la gente desea saber. Por ejemplo, en Metepec, también protagonizaron una escena similar los candidatos de Juntos Haremos Historia, Gabriela Gamboa, y de la coalición Va por México, Fernando Flores, pleitos que terminaron en el ministerio público.
No se diga de lo que sucede en el sur del Estado de México dónde, es más que sabido que controla el crimen organizado. Desafortunadamente ni la misma autoridad recurre a ello porque sabe que es complicado.
Sin afán de normalizar la violencia y mucho menos la inseguridad, todos estos escenarios han sido una constante en las elecciones recientes, al menos las que he tenido la oportunidad de documentar periodísticamente. Sabemos que el contexto es complicado pero yo agregaría un factor importante que ha contribuido a que este momento se viva: la polarización del país generada por el mismo presidente de la República.
Hay tiempo para que este proceso electoral municipal no se empañe, pero requiere de que las autoridades hagan su papel para comunicar y bien.
Germán Zepeda
