La prestigiosa revista Time, que se publica semanalmente en los Estados Unidos de Norteamérica, desde 1923, en edición especial anual , el pasado miércoles, publicó un listado de las personas más influyentes del mundo, en la que sobre salen los nombres de figuras latinoamericanas como el presidente mexicano ANDRÉS MANUEL LOPEZ OBRADOR, el brasileño JAIR BOLSONARO, el papa FRANCISCO, de Argentina, y la pintora nonagenaria LUCHITA HURTADO, nacida en Venezuela.
Es válido señalar que la figura de LÓPEZ OBRADOR resalta en razón de más de doce años de lucha anticorrupción, misma que lo distinguió consistentemente de otros mandatarios del continente.
En ese contexto hay que sumar las cualidades de líder de izquierda, mismas que por su empeño, dedicación, esfuerzo durante los primeros cien días de su mandato, los cuales se cumplieron en fecha reciente, su aceptación alcanzó los niveles de popularidad que hoy tiene.
Sin lugar a duda también LÓPEZ OBRADOR es un político obcecado, necio y terco, como el mismo se ha definido.
Al conocer la noticia, sus seguidores, correligionarios, simpatizantes y los ciudadanos que votaron a su favor estarán de plácemes, ya que es una distinción a nivel internacional de un sistema democrático abierto.
Sus conferencias mañaneras, muchas veces son inconsistentes, irreales, acusa sin ton ni son; y en ese tenor son contrarias a la popularidad de ANDRÉS MANUEL si bien es cierto que la misma se ha fortalecido, también es verdad que ante la dimensión de los problemas estos afectan en forma directa al titular del Ejecutivo federal.
De igual manera se visualiza debilitamiento de los diversos partidos políticos, incluyendo MORENA, donde los intereses sectarios son más fuertes que las ideologías y programas.
En sentido inverso se mira la presencia omnipresente del Ejecutivo federal, quien muchas veces aparece en los diversos escenarios como un auténtico mesías.
Para lograr que los problemas no se desborden será necesario un equilibrio real de poderes, que es lo que distingue un régimen democrático abierto.
Es de considerarse por ello, que el titular de la Cuarta transformación debe evitar enconos y luchas intestinas sin sentido que harían peligrar la vida democrática de México, una historia que ha costado muchas vidas en aras de la libertad y la paz de la que hasta hoy gozamos los mexicanos como legado.
El llamado a la unidad no significa retroceso.