3. Conflicto Israel-Hamás, conflicto sin fin.
El conflicto entre Israel y Hamás pareciera no tener fin. Semanas atrás se cumplieron tres meses de haber iniciado la guerra, el objetivo del Estado israelí no se ha logrado: destruir a Hamás, a quien considera una organización terrorista y enemiga.
El común denominador de esta guerra es el asesinato en masa por parte del ejército israelí hacia el pueblo palestino, sus ataques son de tamaño desproporcionado, cerca de 25,000 palestinos han muerto, el 85% de la población de Gaza ha sido desplazada debido a la guerra, la muerte es un escenario seguro si se quedan, la única opción es migrar.
Estados Unidos apoya a Israel en esta guerra abiertamente en el discurso y a través de armamento, no obstante, el margen de maniobra del gobierno de Biden luce complejo, por un lado, no puede abandonar a su principal socio estratégico en Medio Oriente, que es Israel; por otro lado, la comunidad internacional y un sector importante de la población estadounidense exigen al gobierno de Biden dejar de apoyar a Israel con armamento.
Este conflicto ha detonado el surgimiento de otros, el ataque de Estados Unidos a Yemen, así como el intercambio de misiles entre Israel y Hezbolá, una organización paramilitar libanesa.
4. Polarización ideológica en el mundo.
El 2024 será el año con más elecciones que el mundo haya presenciado.
La polarización ideológica se profundizará en los próximos comicios.
Las narrativas izquierdas vs derechas, libertarios vs socialistas, neoliberales vs estatistas, establishment político vs outsiders, serán la constante.
Lo que aún es más constante es el desprestigio de la clase política a nivel mundial, el distanciamiento entre gobernados y gobernantes es evidente.
El modelo económico neoliberal no trajo el desarrollo deseado, la crisis de 2008, la distribución inequitativa de la riqueza y el desmantelamiento del Estado de bienestar promovió mayor desigualdad, empero, eso no quiere decir que la fórmula para regresar a la senda del crecimiento económico sea un estatismo exacerbado.
2024 será un año clave para la gobernanza mundial en el mediano y largo plazo.