El juicio a Genaro García Luna confirma lo que ya se sabe desde hace tiempo: la presencia del crimen organizado en la estructura del Estado mexicano es profunda.
El martes pasado el ex secretario de seguridad pública fue declarado culpable por el Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, órgano público dependiente del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, por los siguientes cargos: culpable de conspiración para la distribución internacional de cocaína; conspiración para la distribución y posesión de cocaína; conspiración para importar cocaína; delincuencia organizada y dar declaraciones falsas en su solicitud de naturalización al declarar que no había cometido ningún delito.
Aunque se le dicte sentencia hasta el 27 de junio lo más probable que es García Luna pase el resto de su vida en la cárcel.
Este juicio puede ser el corolario de la caída de Felipe Calderón.
El ex presidente inició su gestión en 2006 en medio de una incertidumbre por los cuestionados resultados electorales, a manera de legitimar su mandato Calderón le declaró la guerra al narcotráfico; guerra que después de 17 años sigue y que solo ha traído más violencia, inseguridad y un mayor aumento del poder de las bandas criminales en los quehaceres gubernamentales dentro de las direcciones de seguridad pública en los distintos niveles de gobierno.
Ni Calderón, Peña Nieto y López Obrador pudieron solucionar el problema de inseguridad que aqueja a México, es necesaria una política de Estado que sea consensuada con todas las fuerzas políticas, sector empresarial y académico, ONG´S y sociedad civil para encontrar una luz al final del túnel, nuestro país no puede seguir teniendo estos niveles de violencia.
La política de “abrazos no balazos” de este Gobierno Federal es absurda e irrisoria, no hay un plan metodológico, tampoco de acción para afrontar el problema, empero ese será otro tema para debatir y escribir.
El legado de Calderón con el caso de García Luna podría ser el de un ex presidente que encubrió desde el poder presidencial a un subordinado que le allanó el camino a las bandas criminales para que pudieran operar a sus anchas cooptando autoridades municipales, estatales y federales a fin de expandir el negocio de estupefacientes.
De acuerdo con estudios realizados en 2007 por investigadores del programa de políticas de drogas del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) los grupos del narcotráfico crecieron más de un 900% durante la administración de Felipe Calderón, pese a la estrategia de enviar el ejército a las calles con el objetivo de combatirlos.
Los meses venideros serán torales para el otrora presidente, ¿será citado por autoridades estadounidenses a declarar o realmente, como dice él, nunca estuvo enterado de lo que hacía su ex secretario de seguridad pública?