El periodismo está mutando, el enorme túnel de la Red que acorta distancias y que acelera comunicaciones, es también un monstruo de mil cabezas que informa y desinforma, El reto de los nuevos periodistas es alto.
Esa pasión por observar, revisar, cotejar y escuchar no se debe perder, hay que evitar la tentación de solo mirar las pantallas Hoy quienes tienen acceso a un teléfono abren amplias posibilidades a ser informados, pero también de caer con facilidad en agujeros negros, en esas trampas del copy fácil que a llega a ser una tentación difícil de no compartir.
En la época de posverdad urge dar valor al trabajo de periodistas de a pie que se encuentran en una difícil situación por el momento mismo que vive la industria, pero cuyo trabajo es el que sigue colocando en el ojo del huracán las falsas promesas de algunos gobernantes y es que los reporteros tienen también acceso a datos almacenados en la gigantesca nube, pero también con esa misma facilidad y en múltiples plataformas reciben presiones y amenazas.
Queda siempre el espacio para disfrutar de las ciudades, de la conversación de los ciudadanos comunes que deben estar en el centro del interés periodístico, es un momento para evitar falsas pluralidades y las arrogantes actitudes clasistas.