Los momentos o etapas de crisis hacen que, de acuerdo a la compleja condición humana, saquemos lo mejor y lo peor de nosotros mismos.
Otra manera de plantearlo es decir que lleva a mostrar las fortalezas y las debilidades para enfrentarlos.
En esta crisis sanitaria hemos visto a mujeres y hombres del sector salud con gran compromiso, con evidente amor por su profesión u oficio, arriesgándose ellos y sus familias ante las posibilidades de contagio; al mismo tiempo se tiene conocimiento de personas atacando, irracionalmente, a médicos y enfermeras en la vía pública.
Afortunadamente, la mayoría de los mexicanos hemos reconocido su importante labor y rendido homenaje de muy diversas maneras.
Es indudable que el recurso humano es una fortaleza de un sistema de salud que tiene, todavía, marcadas debilidades en cuanto a instalaciones y equipo, las cuales son resultado del abandono de la responsabilidad social del Estado en los últimos sexenios.
De la misma forma que en el sector salud, lo antes señalado se hace evidente en el ámbito educativo a nivel nacional, con sus especificidades en cada entidad.
Las desigualdades socioeconómicas en la población, así como el déficit en conectividad y herramientas digitales, han sido un enorme reto para los maestros que forman parte del sistema educativo.
Las condiciones generadas por la contingencia, trastocaron el esquema escolarizado presencial del proceso enseñanza-aprendizaje y pusieron a prueba las capacidades de nuestros docentes, quienes hicieron causa común entre ellos y con las familias de sus alumnos.
Ante lo abrupto de la situación y la dificultad para adaptarse con rapidez a la estrategia de la SEP, puede decirse que un buen número practicaron exitosamente la autogestión, se apoyaron intercambiando recomendaciones de libros, páginas de internet, videos, tutoriales, aplicaciones educativas y otros recursos tecnológicos.
Al mismo tiempo crearon grupos de WhatsApp con padres de familia y compañeros; establecieron comunicación a través de correo electrónico; prepararon planes de trabajo con actividades organizadas por semana, diseñaron y elaboraron material impreso, además de promover el uso del libro de texto, entre otras acciones emprendidas para atender alumnos que no tienen ni herramientas digitales ni conectividad.
No cabe duda que también en el sector educativo el recurso humano es una fortaleza, y hablamos no solo de los docentes sino de los padres de familia y los alumnos.
Ante la proximidad del Día del Maestro, gracias por su labor y ¡Muchas felicidades!