La vida moderna, urbana, nos lleva a dirigir nuestros sentidos hacia ciertos objetos, pocos. Cada vez más la pantalla del celular, ese espejo negro, monopoliza nuestra atención.
La tele y la computadora -otros espejos negros- también siguen atrayendo nuestras miradas.
Ya no nos vemos entre nosotros. Menos vemos el mundo natural, el que nos rodea, el que nos nutre, por el que somos. El mundo real, no el virtual de los trebejos modernos.
Pero aún cuando volvemos la mirada al mundo natural, solemos hacerlo de forma selectiva. hacia lo colorido. Las flores, las aves, el follaje. También lo que tenga nuestra misma escala o mayor.
Los árboles, los cerros, los ríos, el coyote ocasional. Rara vez enfocamos lo pequeño o pensamos en lo que no somos capaces de ver.
En toda esa escala menor -y la invisible- hay montones de hechos y procesos. De hecho esos hechos y procesos son en gran parte los que mantienen funcionando al mundo.
Nuestra mirada la atrae el Ahuehuete milenario con justa razón y, quizá, el pájaro carpintero que llegó a su corteza a picotearla.
Pero no pensamos en la larva del escarabajo que carcome la madera por la que el carpintero llegó.
A veces ni reflexionamos en las exquisitas adaptaciones del carpintero para realizar su tarea: el pie zigodáctilo que le da apoyo junto con las rígidas plumas de la cola formando un tripié que evita que el ave resbale o caiga.
El sistema de suspensión de su cerebro para evitar el daño derivado de picotear la madera con tanta fuerza. El canal craneal donde aloja su larguísima lengua con la que busca y atora a la larva del escarabajo.
Este proceso sencillo del carpintero picoteando el Ahuehuete se ha repetido en el Cañón de Fernández por los siglos de los siglos.
En parte es clave para explicarnos la existencia de los árboles milenarios y pluricentenarios que engalanan las orillas de ese tramo del Nazas. Haríamos bien en hurgar con la mente y con el conocimiento -además de nuestros sentidos- en las cosas pequeñas y escondidas que han producido el mundo que nos rodea, lleno de maravillas.