Cultura

Del espanto un metarrelato

Relatos acerca de relatos. O guerra de “narrativas” según analistas de medios. Circularidades autorreferenciales que se pierden entre matices semánticos y referencias históricas equivalentes o desmesuradas: ¿Teuchitlán representa un campo de exterminio o no?

No importa tanto lo que no es por escala o motivación ideológica (Auschwitz, Dachau o Treblinka) como lo que sí es: una oscura parte de ese umbral del horror inestable y criminalizado en que se convirtió México desde 1994 hasta hoy.

Un Estado posnacional que debe pensarse de otra forma, como propone Sergio González Rodríguez en su impresionante Campo de guerra (Anagrama, 2014), al definir dicha observación desde el pensamiento estratégico: por encima de las cosas, a través de ellas, dentro de ellas y más allá de ellas.

Vivimos en un mundo enloquecido del cual huyó la tradición perenne y el sentido existencial no materialista desde el siglo diecinueve en la incipiente modernidad. Incipit, esa palabra latina esperanzadora, ha quedado fuera de nuestra perspectiva. Aquel legendario “No nos quedan más comienzos” con el que George Steiner abrió Gramáticas de la creación, contiene la elegía de una época terminal cuya mutación amenaza las bases mismas de los ideales humanos. Occidente es el punto donde se pone el sol. Un profundo cansancio espiritual lo recorre.

Gramáticas entonces del horror. Pero gramáticas al fin: la organización articulada de la percepción, la reflexión y la experiencia, dirá Steiner. De la conciencia al comunicarse consigo misma y con los otros. Así, con esa precisión entomológica, Campo de guerra establece el ámbito de un cambio integral de civilización que ha convertido a México “en un campo de batalla bajo el nuevo orden global y la geopolítica de Estados Unidos […], sujeto a las contradicciones más agudas”.

A pesar de las circunstancias que han surgido desde hace diez años, cuando se escribió este tan metodológicamente original y profético libro, hasta ahora —entre ellas la imprevisible irrupción de un mutante como El Mulo personificado en Donald Trump para desordenar la psicohistoria de Isaac Asimov, ciencia imaginada en la trilogía de Fundación capaz de anticipar el futuro probable—, sus definiciones y alcances, sus análisis casuísticos y taxonomías siguen estando vigentes.

La disfuncionalidad del an-Estado mexicano, conforme lo define González Rodríguez al caracterizarlo como un Estado que simula legalidad y legitimidad pero en la práctica construye lo contrario, pues en lugar de cumplir y hacer cumplir el derecho emite leyes compulsivamente y fomenta, tolerando una impunidad delictiva prácticamente absoluta, la a-legalidad; el pacto suprainstitucional originado por los nexos criminales del poder político con el narcotráfico desde hace décadas; el proyecto geoestratégico estadounidense para acrecentar la inestabilidad en México mediante el caos de la barbarie que promueve la ilegalidad, el gran negocio global; la degradación institucional mexicana sistemática que ha desarticulado los sistemas de inteligencia y prevención del delito del Estado, burocratizándolos y corrompiéndolos en manos de políticos cuya función ha sido la de empleados y gestores, meros sirvientes proconsulares del interés de EU.

En esa “urdimbre turbia” el Estado de excepción tiende a normalizarse como una condición impuesta y aun bienvenida. Surgen las zonas bélicas al modo de “un mandato de desposesión absoluta” en el cual la realidad humana se reduce a sus signos más primarios: escapar, sobrevivir, perecer. El miedo es un elemento psicológico determinante de la persona y “su objeto de deseo es que la normalidad se restituya”. La víctima se disgrega entre lo irracional, lo a-racional, el horror y el pánico. La víctima carece de valor alguno para el victimario, es un objeto inerte sujeto a la expoliación, el aniquilamiento o el cautiverio. Debe deshumanizarlo obedeciendo su propia inhumanidad.

Campo de guerra no es un metarrelato. Ningún eufemismo ni epifenómeno retóricos lo suavizan excepto su descarnada lucidez. Su sobria cartografía del mal fundada en un lenguaje directo y en un análisis que nada deja sin mirar.

Como “una teoría de la fuerza asimétrica” sostenida por impulsos comunitarios para “enfrentar el orden existente desde el estudio, el aprendizaje y la enseñanza de la realidad y sus efectos nocivos”. Idearios de obstinación de alcance transnacional y ecuménicos (L’Arche o The Invisible Committee) que Sergio González recupera para fomentar y estimular la participación de la gente más allá de los roles predestinados por el sistema social.

Su propuesta es hacer visible lo visible, articular políticas colectivas para desvelar, denunciar, contener y resistir ante los abusos y omisiones del poder formal y la depredación del poder criminal. Tácticas de la fuerza asimétrica: solidaridad, fluidez, igualitarismo y apropiación comunitaria. Mirar el mal, nombrarlo, comprender su lógica y vencerlo. No utiliza el término pero reitera la esperanza: en el peligro está la salvación.

Google news logo
Síguenos en
Fernando Solana Olivares
  • Fernando Solana Olivares
  • (Ciudad de México, 1954). Escritor, editor y periodista. Ha escrito novela, cuento, ensayo literario y narrativo. Concibe el lenguaje como la expresión de la conciencia.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.