La diversidad de los géneros revisitados continuó con StationtoStation (1976), uno de los momentos cumbres de su discografía y de la música setentera en general: sus influencias en el uso de los teclados y en la generación de ricas texturas sonoras pueden ser percibidas en diversos grupos posteriores.El delgado duque blanco apareció en el reparto de personajes como una especie de fascista decadente, añorando pasados autoritarios.
Fue una época en la que los abusos de sustancias prevalecieron al punto de que artista y creación parecían confundirse.Integrado por piezas de estos años, se integró el soundtrackChristiane F. WirKinder (1981) del filme Yo, Cristina ,dirigido por Uri Edelsobre una adolescente atrapada en el mundo de las drogas en el Berlín de los setenta, una ciudad partida y víctima de la guerra fría, en consonancia con el enfoque de la famosa trilogía realizada un poco antes.
En efecto, la trilogía de Berlín tuvo su arranque conLow (1977), brillantemente dúctil en su primera parte, con un pop que rondaba la experimentación vía What in theWorld y Sound&Vision, y aventureramente instrumental en la segunda con clásicos como Warszawa, imaginados en complicidad con el patriarca ambient Brian Eno, a quien volvería a reclutar paraHeroes (1977), la segunda entrega de la etapa berlinesca con influencias del krautrock y el post punk, además de la notoria presencia de Robert Fripp y de la canción titular, gracias a la cual todos nos hemos sentido heroicos al menos un día.O un rato, mientras se escucha la pieza
Lodger (1979)cerró este innovador, peligrosamente extremo, lleno de excesos y al fin fructífero periodo con el que concluyó la década clave de su trayectoria, entre apuntes minimalistas, aromas turcos y la acostumbrada alquimia entre el pop art al alcance de todos y los lances avantgarde, expresados en creativas estructuras armónicas y arriesgados cambios de ruta estilística, siempre bajo el cobijo de Toni Visconti y culminando una muy didáctica colaboración con el ex RoxyMusic.
LA DÉCADA (NO TAN) PERDIDA
Los años ochenta empezaron en una tesitura intensa y brillante con ScaryMonsters (1980), señalando una nueva dirección en el enfoque musical y regresando a un rock más clásico. El Major Tom se ha vuelto chatarra y el mundo de la moda parece invadir todos los escaparates vitales, sin olvidar que terminaremos regresando a nuestra condición de cenizas. Por estos tiempos, además de presentar con Queen la clásica UnderPressure en 1981, protagonizó en teatro El hombre elefante y en cine a un vampiro enamorado de Catherine Deneuve en El ansia (Scott, 1982), dos personajes diferentes y marginales, para no variar.
Llegó al gran público con el new wave bañado de soul deLet´s Dance (1983) y la efusiva Modern Love como estandarte, además de China Girl y la canción titular, con un Bowie mostrando los puños como dispuesto a dar la pelea frente a las críticas, que siguieron con Tonight (1984), no obstante incluir algunos sólidos corte como LovintheAlien, el hit Blue Jean, GodOnlyKnows en la vertiente de su admirado Elvis Presley y la pieza titular, a dueto con Tina Turner.
Bailó con MickJagger en la calle y se dio tiempo para las cámaras fílmicas en Feliz Navidad, Mr. Lawrence (Ôshima,1983), una de sus mejores actuaciones; en la ochenterísimaFuga al amanecer (Landis, 1985); en el musical AbsoluteBeginners (Temple, 1986), contribuyendo con la canción titular, como lo hiciera con el estupendo corte ThisIsNotAmerica en conjunto con Pat Metheny para TheFalcon and theSnowman (Schlesinger, 1985), y en la entretenida Laberinto (Henson, 1986), asumiendo el rol de rey de los Goblins.
Vendría un periodo complicado en términos creativos que inició con NeverLet Me Down (1987), en donde el filón melódico parecía no estar del todo a punto y que continuó con Tin Machine, un proyecto de rock duro en complicidad con el enérgico guitarrista ReevesGabrels y los hermanos Sales que generó dos álbumes (Tin Machine, 1989; Tin Machine II, 1991) de los que se rescatan algunos cortes, en particular de la primera entrega.
Asimismo, se lavó las manos representando a Poncio Pilatos dentro de la obra maestra La última tentación de Cristo (1989), dirigida con nervio y poesía por Martin Scorsese.Protagonizó a un empleado de un restaurante que busca robarle a sus empleadores en TheLinguiniIncident (1991), junto con Rossana Arquette.
VUELTA EN SOLITARIO
El camino se empezó a recomponer con el suntuoso Black Tie White Noise (1993), salpicado de influjos de soul y jazz, para después componer el meditativo soundtrack instrumental TheBuddha of Suburbia (1994) y dar un salto radical a la intensidad cuasi-industrial de 1. Outside (1995) en complicidad con Brian Eno y con la participación de TrentReznor. En sus propias palabras, se trata de un "drama gótico no lineal hipercíclico", y habla acerca de los diarios de Nathan Adler, un detective que investiga una serie de asesinatos artísticos. Para redondear, ahí está el efusivo remix de los Pet Shop Boys saludando al spaceboy cubierto de polvo lunar.
La década noventera concluyó con el consistente Earthling (1996), enclavado en la tendencia electrónica con la incorporación de diversas vertientes como tecno, house y drum´n´bass soportando la astucia melódica habitual, aquí transpirando entre loops, secuencias y sonidos de poderío digital que se entreveran con instrumentaciones musculosas a cuenta de la guitarra y el bajo. Con esta obra bajo la roída gabardina con la bandera inglesa, David Bowie visitó México para dar un concierto dirigido a iniciados, sin complacencias.
La transición del siglo, además de desligarse de la estética electrónica, implicó la realización de tres discos con buena dosis de continuidad y soltura, como si de una mirada al pasado se tratara pero con la perspectiva postmilenaria: Hours... (1999) arranca con la evocativa Thursday'sChild y después de una primera parte de predominio melódico, va subiendo de tono a partir de la guitarra de Gabrels.
Heathen (2002) es una obra inmediatamente reconocible de su autor, incluso en las versiones de piezas de Neil Young y los Pixies, acaso por el regreso de Visconti y Alomar, que puede ir del tono celebratorio al drama, como en la intensa Slip Away; finalmente, Reality (2003) transita por la misma línea, revisitando sonidos propuestos con antelación con todo y el retorno del viejo cómplice Mike Garson en el piano, pero con un toque de ineludible actualidad. Una trilogía que mostraba al tránsfuga de los géneros en plena forma creativa.
SOY UNA ESTRELLA NEGRA
Diez años de silencio musical, salvo algunas contribuciones al mundo del arte como pintor y editor, así como apariciones entre las que se recuerdan la que realizó con sus consentidos de ArcadeFire y cuando se enfundó en la piel de Tesla para el filme de NolanEl gran truco (2006), hasta que se imprimió el nostálgico y sofisticadoTheNext Day (2013), preguntándose dónde estamos ahora después de asumir tantos rostros y palpitar con Berlín, ya liberada del muro divisorio.
Una especie de epitafio-obsequio para los terrícolas, aprovechando la inminencia de la muerte para convertirla en arte liberador y asumirse ahora como una estrella negra, cohabitando con los misterios que rodean a nuestro planeta y a la realidad tangible que nos circunda.Black Star (2015) es una obra maestra en la que las composiciones se someten a una atmósfera de free-jazz, con un saxo sobrevolando las cambiantes secuencias rítmicas y melódicas.
Antes de convertirse en alguna entidad sideral, un hombre con vendas en el rostro ha sustituido sus ojos bicolor por unos botones, acaso para anunciar con más certeza la inesperada despedida inmediata.