La sobrevivencia de Temacapulín ha dado este sábado 14 de agosto un giro de 180 grados con el compromiso expreso del Presidente López Obrador de que no será inundado; y que la inconclusa y chapucera obra de la presa El Zapotillo estará sujeta a una profunda transformación técnica para que sus aguas almacenadas sean utilizadas para suplir las faltantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara; recurriendo a otras soluciones para resolver las necesidades tanto domésticas como industriales de la región guanajuatense.
Atrás irán quedando, al fin exitosas, las persistentes luchas cívicas del pueblo de Temaca, por más de 14 años, con acompañantes de diferente origen, incluido el propio Andrés Manuel caminando en el pueblo en 2010 junto con Porfirio Muñoz Ledo, Alejandro Encinas y otros dirigentes progresistas.
Ahora, el ingeniero Germán Martínez Santoyo, recientemente nombrado director de la Comisión Nacional del Agua, ampliamente reconocido por su ética de servicio público y su gran capacidad técnica, será quien acudirá en breve a explicarles los detalles operativos que permitan garantizar a los habitantes el rotundo compromiso presidencial y la palabra empeñada de que sus pueblos no serán inundados.
Pueden sonreír satisfechos los miembros del Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario (IMDEC), auspiciado por el ITESO, con Guadalupe, Claudia y María González, y con muchos más activistas.
También reconocidos luchadores del agua como don Manuel Villagómez, los doctores Gabriela Elvira y Rubén Bonilla, los ingenieros Mireya Acosta, Liborio Saldaña y tantas y tantos más que acompañaron y acompañan a los pobladores y a sus líderes comunales como Abigail, Poncho Iñiguez, o el propio párroco entonces: Gabriel Espinoza, en su prolongada resistencia para sobrevivir como pueblo.
Un logro también del gobierno estatal, que así rescata para la población, con la decisión federal, este adefesio construido con intención torcida y torpeza técnica. Hermoso pueblo alteño de Temacapulín, de origen y nombre prehispánico, habitado por generaciones, siglos de manera armónica y con su venerado santuario y sus aguas termales. Pueblo digno, sostenido en decoro por sus hijos ausentes, que llegan cada año. Pueblo venerado, visitado por devotos religiosos de otras partes.
También los productores agropecuarios de Los Altos, en esto liderados por el ingeniero Guillermo Márquez, saldrán ganando. Por supuesto que las decisiones públicas deben tomarse en diálogo y ponderación de todas las partes interesadas: el agua, como recurso natural universal de nuestras tierras, debe utilizarse en beneficio de todos. Eso puede incluir las necesidades domésticas de la Zona Metropolitana de Guadalajara (no los desperdicios irresponsables) y también, en su caso, las actividades metalmecánicas del corredor industrial de Silao (motivo oculto de la chapuza).
Pero no necesariamente con agua del río Verde y su cuenca; y mucho menos inundando poblaciones como Temacapulín, atropellando sus derechos humanos elementales. “Tendremos que buscar alternativas para llevar agua a León”.
P.D. Ingeniero Germán: la cortina de 80 metros ¿a cuántos queda del templo?