El secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros en marzo de 2023 mantiene en la mesa el tema de la violencia en México. Los secuestrados fueron llevados por un grupo armado y luego de varios días, dos sobrevivientes y dos cuerpos fueron repatriados a Estados Unidos. Ante este hecho, los congresistas republicanos Dan Crenshaw y Michael Waltz han propuesto declarar terroristas a los cárteles mexicanos y una posible incursión de ese país en territorio nacional, medidas que han sido criticada por expertos y que podrían tener consecuencias graves para la relación entre ambos países. Finalmente, la Casa Blanca descartó las propuestas, pero si fueron planteadas es porque algunos las consideran viables.
Desde que se declaró la guerra a las drogas en Estados Unidos en la década de 1970, durante el gobierno de Nixon, el consumo y tráfico de estupefacientes no ha disminuido, pero sí han aumentado las muertes relacionadas con este problema. La iniciativa de Crenshaw y Waltz parece buscar una solución basada en la violencia, pero esto solo perpetúa un ciclo que ha demostrado no funcionar. En cambio, es necesario que hagamos un cambio de enfoque y prioricemos la salud sobre la guerra. Porque el problema de las drogas es un problema de seguridad, pero también de salud pública.
En diversos países y ciudades del mundo, la despenalización de las drogas ha demostrado ser efectiva en la reducción del consumo y la violencia relacionada con el tráfico. Portugal es un ejemplo de ello, ya que desde que despenalizó las drogas en 2001 ha logrado reducir el número de muertes por sobredosis y ha aumentado el número de personas que reciben tratamiento para adicciones. Otros lugares como Vancouver, Canadá, han implementado programas de reducción de daños que han disminuido el número de muertes por sobredosis. Estados Unidos ha impulsado la despenalización de la mariguana en algunos estados, creando un mercado legal y regulado, donde quien consume lo hace con toda la información posible a la mano y la certeza de que los productos cumplen con medidas estrictas.
En México, aunque se avanzó en la despenalización de la mariguana, el tema sigue atorado debido a la falta de regulación y la falta de claridad en las políticas públicas. Es necesario que se avance en la despenalización de algunas drogas para poder combatir la violencia que éstas generan.
Tratar el tema de las drogas como uno de salud tiene varias ventajas. En primer lugar, se trata de cambiar el paradigma, de ver a los consumidores como pacientes que necesitan tratamiento y evitar su criminalización por default. En segundo lugar, se reducen los daños colaterales que el combate a las drogas ha generado, como la violencia y la corrupción. En tercer lugar, se logra una mayor eficiencia en el uso de recursos públicos al invertir en prevención y tratamiento en lugar de represión y una política punitiva.
Sería un gran paso. Uno que debe darse de manera cuidadosa y atendiendo a diversos factores que ya existen y no se han abordado, un paso que debe contemplar nuevas reacciones y consecuencias que a su vez habría qué abordar. Pero que puede ser un paso que nos acerque a una solución. Hagamos un llamado a la reflexión y sensibilicemos a las autoridades para que opten por medidas sanitarias en lugar de punitivas. La salud de las personas debe ser la prioridad en el tema de las drogas y debemos trabajar juntos para encontrar soluciones que funcionen en lugar de seguir repitiendo estrategias que han demostrado ser ineficaces. Es hora de dejar de ver la lucha contra las drogas como una guerra y empezar a tratarla como lo que es: un problema de salud pública.