Hablar de una lucha contra el racismo sentados desde la comodidad de nuestro sillón no va a cambiar nada… e indignarnos atrás de una pantalla, tampoco.
Y si no me creen, volteen a su alrededor y vean lo que pasó esta semana. Millones tomaron las redes sociales, pusieron sus pantallas en negro y hasta ahí. Obligándonos a repetir una y otra vez esta espiral. ¿Qué tiene que ver todo esto con boxeo? Mucho… a 60 años del discurso de Muhammad Ali, en busca de la igualdad, le podríamos aplicarle copy paste sin necesidad de hacerle adecuaciones. Todo es básicamente lo mismo.
Con motivo de las protestas de esta semana y el aniversario luctuoso del G.O.A.T., me puse a revisar algunas de las entrevistas que dio sobre el tema y me indigné. Me di cuenta de que no importa cuánto se le admire y se le reconozca que levantó la voz, al final, pocos hicieron un cambio y las cosas siguen más o menos igual.
Ali decía en una entrevista que a su abuelo y a su padre les habían dicho que la vida sería diferente cuando sus hijos fueran mayores, pero todo siguió igual y cuando él llegó a adulto seguía escuchando “esa mentira”.
A su muerte, sus allegados estaban seguros de que el mensaje del campeón de los pesos completos -quien en vida se encargó de difundir- tendría una resonancia más intensa, pero ¿qué hay de los oídos sordos? ¿A poco no son cosa seria esos que tienen la capacidad de ignorar lo que los rodea?
Hay tantos elementos por cambiar y por aprender. Muhammad Ali, con 18 años logró entenderlo, sintetizarlo y aportó una de las voces que hasta ahora sigue siendo de las más citadas en cuanto a protesta por diferencia racial y la búsqueda de igualdad. Para ser sincera, espero que la vida me dé oportunidad de ver ese cambio y que dejen de ser solo palabras.
El deporte puede ser uno de esos motores, y si no pregúntenle a Kaepernick, a quien el tiempo le dio la razón. Solo basta con aportar un granito de arena, mucho más allá de un like o una pantalla en negro.
¡Hasta el siguiente round, chicos!