Política

Lemus y la gobernabilidad de Jalisco

Llegamos al epilogo de las campañas en Jalisco. Las encuestas serias dan triunfador a Lemus, pero es incierto sí tendrá una mayoría cómoda para gobernar

Hace más de cincuenta años, Salvador Allende inmortalizó la frase: no es lo mismo gobernar que tener el poder. Una obviedad que en muchas ocasiones confundimos desde el análisis político y el periodismo: gobierno y poder no son lo mismo. Y es lo que hemos visto estos años. Tanto en Jalisco como a nivel nacional, hemos sido testigos de gobernantes poderosos. Enrique Alfaro tuvo dos mayorías simples y en alianza con el PAN, mayorías absolutas. López Obrador tuvo mayoría constitucional en la Cámara de Diputados en la primera etapa de su administración, y mayorías absolutas en el resto del sexenio.

Si uno revisa las encuestas serias que se han publicado, particularmente en Mural, Pablo Lemus no ha perdido su ventaja desde el inicio de las campañas en marzo. Como espejo de la federal, las elecciones a gobernador parecen “calcificadas”. El ruido no las mueve. Claudia Delgadillo no ha logrado reducir su desventaja y Lemus, que salió a defender sus 9-10 puntos de colchón, se ha mantenido cómodo en la cima. La mega alianza de Morena y otros cuarto partidos no han roto esta inercia, y la candidatura de Laura Haro no logra penetrar en el voto de Movimiento Ciudadano. Los debates nos arrojan frases chuscas, escándalos brevísimos en las redes sociales, pero ningún efecto sobre la intención de voto de la sociedad jalisciense.

Ahora Lemus se enfrenta a otro dilema: si gana la elección -como todo indica que hará-, ¿qué panorama se enfrentará a partir del 2 de junio? ¿Tendrá las mayorías para echar adelante su proyecto? ¿Tendrá la gobernanza metropolitana de su lado?

Nadie ha logrado mayoría absoluta (20 diputados o más) desde el primer trienio de Francisco Ramírez Acuña. El común denominador desde aquellos días hasta a la fecha es que la fuerza más votada tenga entre 15 y 19 legisladores. Es decir, una obligación de pactar para aprobar el presupuesto o cualquier cambio por menor que sea. Y ya no hablemos de reformas constitucionales que reclaman el acuerdo de 26 votos. En su momento, el PRD y el grupo de la UdeG servían como bisagra para lograr la mayoría (2006, 2009, 2012, 2018). La configuración de las candidaturas anuncia que nos podemos enfrentar a un parlamento local altísimamente fragmentado y con muchísimos intereses.

Lemus y la gobernabilidad de Jalisco
Lemus y la gobernabilidad de Jalisco

Recordemos, hasta nueve fuerzas políticas agrupadas en tres polos de voto buscan representación. Quitando al PRD que podemos decir que se quedará fuera del Congreso con total seguridad, el resto tienen alternativas de meter al menos un legislador. Movimiento Ciudadano necesita de la victoria en 9-10 distritos para poder alcanzar 15-16 legisladores y poder construir mayorías que no resulten tan complejas. O para reeditar el acuerdo MC-PAN que ha sido el eje de gobernabilidad que construyó Alfaro desde su victoria en 2018. Es cierto que Movimiento Ciudadano logró la victoria en 16 distritos locales en 2021, pero Morena no tenía el grado de penetración que hoy tiene. Quitando el distrito de Tepatitlán (el 2) en donde el Frente tiene posibilidades, en el resto de plazas, el cara a cara es Morena contra Movimiento Ciudadano.

Lo mismo sucede en la Zona Metropolitana de Guadalajara. El voto en la ciudad suele anunciar el inicio o el fin de un ciclo político. Si Morena queda relegado a Tonalá, el ciclo de Movimiento Ciudadano se mantiene vigente controlando la capital, Zapopan, Tlaquepaque y Tlajomulco. No obstante, un mayor avance de los guinda en la ciudad supondría muchas dificultades para el nuevo Gobierno. De la misma manera que Lemus necesita un Congreso fuerte también una ciudad que se mantenga predominantemente naranja.

Por ello, Lemus necesita jalar del carro naranja en el cierre del proceso electoral. Si no logra que su candidatura mande un mensaje de voto parejo en el resto de las boletas, no es imposible que Lemus se pueda enfrentar al Congreso más dividido desde 2015. En aquel año, la fuerte irrupción de Movimiento Ciudadano y el declive del PRI provocó que cada uno quedara con 14 escaños. Fue necesario el acuerdo entre estas dos fuerzas políticas para que la Legislatura fuera fructífera. Lemus no se puede dar el lujo de comenzar un Gobierno con el Congreso dividido, la mayoría de los estados gobernados por Morena y una Presidencia de la República con amplias mayorías en el Congreso de la Unión.

La elección de 2024 marcará la reconfiguración del sistema de partidos en Jalisco -y seguramente en México. La chiquillada -Hagamos, Futuro, PVEM, PT- ya decidió alinearse al proyecto de Morena. Sin embargo, siguen teniendo sus jefes políticos: Kumamoto, el grupo político de la UdeG. Y si Morena pierde la gubernatura y las principales alcaldías, es bastante probable que se sientan en libertad para negociar de forma independiente con el nuevo Gobierno. El PRI y el PAN tendrán profunda debilidad parlamentaria, pero ante la fragmentación pueden ser clave para darle estabilidad al nuevo Gobierno. Alfaro ganó por más de 15 puntos y obtuvo una mayoría sólida, pero insuficiente. Me imagino que, en la cabeza de Lemus, una de las principales preocupaciones es la gobernabilidad de los próximos seis años en Jalisco.


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Enrique Toussaint
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