La encuesta de Reforma vuelve a evidenciar que el ecosistema político jalisciense tiene poco que ver con el contexto nacional. Tras la debacle del PAN y del PRI, el nuevo bipartidismo jalisciense está claro
Cuando pensamos en sistemas bipartidistas seguramente nos imaginamos en Estados Unidos. O los demócratas o los republicanos. O incluso pensamos en los británicos: tories o laboristas (sin olvidar a los nacionalistas escoceses o norirlandeses). La famosa Ley -Maurice- Duverger: los sistemas mayoritarios llevan al bipartidismo y la representación proporcional al multipartidismo. Jalisco tiene un sistema mixto, pero la gubernatura siempre ha sido cosa de dos. En los últimos 30 años, sólo dos elecciones se han resuelto por dos dígitos: Alberto Cárdenas en 1995 y Enrique Alfaro en 2018. El resto han sido contiendas cerradas que son ganadas por un puñado de votos.
La encuesta de XtrategiaGDL, de Roberto Gutiérrez, publicada por Reforma, señala que la fotografía electoral de hoy es una ventaja de ocho puntos de Pablo Lemus, candidato de Movimiento Ciudadano, sobre Claudia Delgadillo, la abanderada de la mega alianza de Morena, PT, Verde, Futuro y Hagamos. Muy lejana -con 8%- aparece el frente abanderado por la diputada federal, Laura Haro. La pregunta es:
¿hay partido? ¿es remontable?
Yo digo que no: por cinco razones.
La primera, la mega alianza de Morena y sus satélites no está sumando como escribí en este diario el pasado 4 de noviembre. No está logrando romper el cerco del votante morenista y quitarle electores a Movimiento Ciudadano. De acuerdo con los datos de la encuesta, Futuro, Hagamos y el Partido Verde aportan 1% a la candidatura. Paradójicamente, el PT es quien aporta más: 2%. Por lo tanto, Morena repartió huesos, sillas y cargos, pero eso no se traduce en electores.
La segunda, Morena no tiene para donde crecer en Jalisco. Hay 17% de indecisos y el PRI -de donde ha sacado sus votos Morena desde 2018- está en los huesos. El indeciso, si después analizamos el careo sólo entre dos candidatos, prefiere a Movimiento Ciudadano que a Morena. No es una sorpresa de esta encuesta, en general el votante indeciso no está cercano al obradorismo. Y la candidatura de Laura Haro seguramente está en su piso. No creo que baje del 8% en una contienda de tres. Por lo tanto, ¿de dónde saca Morena esos ocho puntos para darle la vuelta a la elección?

Una tercera consideración: la participación no es aliada de Morena. No sólo en Jalisco, sino en prácticamente todo el país, cada punto de participación por encima del 50% es favorable a la oposición y no al oficialismo. Es decir, Morena está hiper movilizado; los morenistas saldrán a votar truene, llueva o relampaguee. Por programas sociales o por militancia, el votante morenista tiene un alto grado de lealtad.
Cuatro: Lemus gana por ocho puntos en el peor escenario para Movimiento Ciudadano nacional. Esta encuesta no se levantó cuando Samuel García se estaba “arrancando”, sino cuando el nuevo candidato apareció en escena. Jorge Álvarez Máynez tiene 8 puntos de intención de voto, mientras que Pablo Lemus está en los cincuenta. Personalmente, considero que la candidatura presidencial de Movimiento Ciudadano no caerá más que ese porcentaje.
Y cinco: existe un trasvase de votos entre Sheinbaum y Lemus. Aquí entra la peculiaridad del sistema político jalisciense. Movimiento Ciudadano ha logrado colocarse en el centro político de Jalisco. Es decir, un partido con moderación y apertura. Es un proyecto que no se opone a la inversión privada, pero tampoco deja todo en manos de los empresarios. Es un proyecto que no tiene un discurso contra los valores de la familia tradicional, pero al mismo tiempo entiende la relevancia de la igualdad en las leyes estatales. No se opone a las tecnologías, pero con regulación. Movimiento Ciudadano es lo que los politólogos llaman un “cacha todo”. Una cuarta parte de los votantes de Sheinbaum están pensando en tachar la boleta de MC en Jalisco. Es una transversalidad que también la tuvo Enrique Alfaro que recibió votos de AMLO y Ricardo Anaya.
No la pienso hacer de Nostradamus, pero yo veo poco partido en la elección estatal. Aun sí le añades el dato que Movimiento Ciudadano ya empató a Morena y satélites en el interior de Jalisco. La alerta para Movimiento Ciudadano, y lo planteé en la columna anterior, es que el contexto nacional terminé por distorsionar la elección estatal. Ocho puntos arriba, con un candidato débil a la Presidencia y una Sheinbaum en niveles nunca vistos, creo que ameritan satisfacción en los cuarteles naranja.
Posdata
Puedo acertar o equivocarme. La falibilidad es humana. Sin embargo, siempre libre. Abrazo con cariño a los haters.