La nueva Ley de Ingresos, aprobada esta semana en Cabildo, es un instrumento que ayudará a contar con una ciudad más ordenada, unas finanzas públicas más eficientes, y que pondrá el interés público por encima de los intereses privados.
En los contenidos de la Ley para el próximo año fiscal se atendieron puntualmente las propuestas de modificación propuestas por Enrique Alfaro quien cumplió con la promesa de cuidar la economía de los tapatíos no aumentando un peso al predial, congelando la tarifa del agua para consumo básico y dando acceso libre a las unidades deportivas municipales, para que los ciudadanos no tengan que pagar un peso para disfrutar estas instalaciones y puedan hacer deporte gratuitamente.
En la Ley además se crean estímulos a quienes actúen con responsabilidad y desean cuidar a la ciudad, a los empresarios de industrias creativas (se ofrecerán incentivos para que se instalen en polígonos estratégicos para detonar el potencial creativo de la ciudad) y se castigará a aquellos que incumplan las normas. Es decir, a través de la nueva Ley se combatirá la corrupción, y se atenderán dos temas muy importantes que la ciudad requiere: movilidad con la creación del Fideicomiso de Movilidad Sustentable y medioambiente, con el nacimiento de una bolsa verde especial para cuidar las áreas verdes y reforestación.
Se trata de una Ley sensible con la gente, ya que cuida la economía de la mayoría, y se plantea como un rediseño para contar con un presupuesto solidario, acorde a las necesidades de los habitantes de la ciudad, en un contexto de dificultades económicas.
La ciudad ha perdido orden en los últimos años y su espacio público se ha visto deteriorado, por ejemplo, las calles se han convertido en un territorio sin ley.
El nuevo proyecto de ingresos para el municipio en el fondo no es más que un instrumento para retomar, paulatinamente, el orden y para invitar a los ciudadanos y empresarios a que sean parte del cambio de rumbo de la ciudad, el cual será gradual y paulatino.
No es cuestión de cuánto dinero más se recaude, ni cuánto porcentaje más aumenten las tarifas, sino de cuánto queremos que la ciudad vuelva a recuperar su orden, funcionalidad y eficacia.
