“Soy un firme creyente en la suerte, entre mas duro trabajo mas de ella tengo.”
Thomas Jefferson
Todos soñamos con ganarnos la lotería, el Melate o al menos al menos una rifa, pero lo primerito que hay que hacer es comprar un boleto.
México ha sido tan bendecido en todos aspectos, que nos hemos acostumbrado a dejar una gran parte de nuestro destino a la suerte, tenemos aún un bono demográfico con una población joven y pujante, zonas turísticas de calidad mundial, playas, cultura, sitios arqueológicos, minería y hasta petróleo.
De acuerdo con datos del INEGI, México tiene una extensión territorial de casi 2 millones de kilómetros cuadrados además de zona económica exclusiva (islas y mar) dando más de 5 millones de kilómetros cuadrados, así mismo indica que el país cuenta con poco más de 126 millones de habitantes, si lo comparamos con Japón que es un archipiélago, que cuenta, con menos de 380,000 km2 y alrededor de 126 millones de habitantes, vemos que Japón tiene menos del 8% del territorio que tiene México.
Entonces si México y Japón tienen la misma cantidad de pobladores y Japón tiene menos de una décima parte del tamaño en territorio, ¿porqué, de acuerdo con el Banco Mundial el PIB de Japón es casi 5 veces mayor que el de México?
¿Qué ha hecho Japón diferente a México para que en menos de un siglo después de Hyroshima, hoy sea líder mundial en marcas de autos, electrónicos, tecnologías de la información, etc. además de proyectar una imagen de disciplina, orden, limpieza además de una marca que representa muchas cosas buenas?
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia, la plusvalía es el incremento en valor de un bien por causas extrínsecas a el.
Sin embargo, la plusvalía se puede dar por casualidad o por causalidad, en nuestro país estamos acostumbrados a ser convidados de piedra, muchas veces esperamos a que por coincidencia o suerte junto a nuestra propiedad se construya una gran carretera, una estación del metro o tren o algo que nos lleve a obtener un beneficio sin hacer un gran esfuerzo, producto meramente de la suerte.
Los empresarios buscamos inventar, convertir, transformar, construir, etc., y dar valor a un bien que permita obtener un beneficio.
Los artistas convierten un lienzo en una obra de arte, una piedra o un metal en una escultura o sonidos y melodías en canciones.
El gobierno, busca generar infraestructura para satisfacer las necesidades del pueblo, cumplir promesas de campaña o inventar la necesidad de un proyecto para detonar una economía regional u otras motivaciones.
El primer incremento en valor que debemos buscar es en nuestra imagen, nuestras mentes y en nuestro carácter, con educación, disciplina y determinación.
Buscar ser cada vez mejores como personas, en nuestras comunidades, nuestros negocios, nuestros productos y todo lo que hacemos, ocuparse en esos diferenciadores que nos distinguen de la bola y del montón.
Para generar plusvalía que sea producto de la causalidad y no de la casualidad es indispensable involucrarse, estudiar planear y poner manos a la obra.
México nació con mucha suerte y buena estrella, ahora, hay que tomar toda esa maravillosa materia prima e imprimirle valor, creatividad e innovación, para que el beneficio de ese incremental se quede con nosotros.
La plusvalía genera riqueza y valor donde no lo había y como Thomas Jefferson comenta, hay que creer firmemente en que la suerte existe, pero llega más fácil si te encuentra trabajando.
Enrique Espinosa Olivar