“El destino no es una cuestión de suerte; es una cuestión de elección. No es algo que debe ser esperado, es algo que se debe hacer.” William Jennings Bryan
Cabañuelas, palabra que proviene de la festividad judía de los Tabernáculos, en el cristianismo, las Témporas del calendario litúrgico, en México desde tiempos remotos los mayas las llamaban “Xok K´iin”, tradición en la cual, pronosticaban el clima de cada mes del año en base a los primeros 12 días de enero. Si los primeros 3 días del año llovía, se esperaba que de enero a marzo hubiera lluvias, si eran soleados o fríos, la expectativa era similar, estas predicciones, servían de apoyo para prever sequías y planear cultivos.
Las Cabañuelas, son también tradicionales para la predicción meteorológica en el centro, sur de España, mientras que en el norte se les conoce como témporas, Alemania, Portugal y otros países han creído en ellas y las han utilizado.
En la política y en los gobiernos que comienzan, también hay tradiciones, en los gobiernos municipales, se les conoce como el informe de los 100 días, de manera similar a la mítica predicción de las cabañuelas. Los gobernantes entrantes se esmeran para hacer su mayor esfuerzo y proyectar lo que sueñan con sus gobiernos, mostrando su actitud, energía y voluntad para trabajar los primeros 100 días de sus administraciones ya que instintivamente presienten que será una muestra del desempeño de su administración.
Yo digo que lo que en esta vida nos mueve es la determinación, la pasión, los sueños, el deseo y capacidad de crear y transformar. La experiencia y conocimientos son las herramientas con las cuales podemos perseguir nuestros objetivos y el destino es la resultante de todo lo anterior.
Hoy podemos hacer el experimento de observar, escuchar y anotar cómo se han venido desempeñando los gobiernos y quizá esas Cabañuelas que hoy nos presenten de sus primeros 100 días puedan convertirse en el augurio de lo que serán sus 3 años, trabajo, planeación, innovación, honestidad, desorden, corrupción, etc.
Jon Sáenz Aguirre, doctor en física, profesor e investigador de origen vasco, plantea que las témporas, Cabañuelas, etc., que han sido usadas sin un fundamento científico y comenta que: “no pretende desterrar del mundo los almanaques, sino la vana estimación de sus predicciones”. Y aunque propone basar en métodos científicos cualquier estudio meteorológico, no desestima la creencia popular y mágica de las costumbres de predicción.
Ojalá que los gobernantes tengan la humildad y visión de revisar su desempeño de arranque para valorar, fortalecer y respaldar a aquellos de su equipo que dieron resultados y, por otra parte, de una manera contundente y rápida cambiar a aquellos que demostraron no estar alineados con las necesidades del municipio y visión de sus líderes.
Magia, creencias o dichos populares, calendario litúrgico o costumbre, lo que sí, es que como William Jennings planteaba, el destino no es cuestión de suerte o una corriente invisible que nos arrastra, “el destino es una elección, es algo que se debe hacer”.