Política

Secuelas de la pandemia

Esta semana, 19 millones 200 mil alumnos regresaron a clases de acuerdo a la SEP, muchos volvieron, otros tantos ya no están; perdieron la batalla por covid, deserción u orfandad. Los que quedan son una generación de estudiantes que claman —está bien no estar bien—.

Cada quien lidia con los efectos que dejó la pandemia con las herramientas con las que cuenta, el confinamiento y el cierre de la economía nos llevaron a la tormenta perfecta, que provocó una epidemia dentro de la pandemia, la ansiedad y los padecimientos emocionales se dispararon en cientos o miles de hogares.

El regreso a clases ha revelado en las primeras 48 horas, jóvenes con estrés postraumático similar a quienes vivieron en guerra. Los 24 meses fuera de las aulas han generado frustración y ansiedad.

Todavía falta mucho por ser revelado, los desajustes emocionales que hoy en día forman parte de la agenda pública aún no están en la agenda de las autoridades, esas que fueron rebasadas hace tiempo y que siguen esperando que con un poco de pintura y una chaineadita el sistema educativo recuperará lo que se ha perdido.

Hay asuntos que tienen un interruptor, asuntos que están ahí, que llevan en el mismo sitio un largo tiempo, algunos se dan por superado o sobreentendidos, hasta que un día de la nada alguien o algo prende el interruptor y todo cambia, así se refleja la ansiedad a volver a clases presenciales, a trabajar nuevamente en la planta, o retomar actividades en la oficina.

Fue quizá durante la pandemia (inconclusa) que hemos normalizado vivir eternamente medicado para llevar una vida más o menos normal, sino es así explíqueme usted por qué aumentaron las recetas de diazepam, valium, lorazepam o xanax y, peor aún, por qué sabemos qué son esos medicamentos.

La salud mental es imperante, desde el silencio hay quien clama por ayuda sin pedirla. Miles de mexicanos que sobrevivimos a dos años de confinamiento no somos capaces de aceptar que requerimos ayuda.

Le pongo un ejemplo. Si está en consulta con un psiquiatra o psicólogo alguien superior a los 45 años y suena el teléfono el paciente dice: ahora te llamo, estoy en consulta; si es menor a 25 años en la misma situación los jóvenes responden: ahora te llamo, estoy con mi terapeuta.

La salud mental debe ser prioridad en la agenda pública.

@enriqueburgosv

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Enrique Burgos-Véliz
  • Enrique Burgos-Véliz
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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