Esta semana volvimos a las cifras de miles y miles de contagios de covid, con números que hacía meses no se presentaban; ayer se rompió un máximo histórico de contagios registrados en un día: 33 mil 626 más en 24 horas; en Nuevo León hace cuatro días alcanzamos más de 4 mil 600 contagios (4 mil 679), el inicio del 2022 resultó más complicado de lo esperado.
Ya se anticipaba, teníamos claro que la situación con la cepa ómicron sería mucho más contagiosa, tuvimos algunas semanas para prepararnos, para que no nos sorprendiera como en 2020; en seis semanas vimos cómo avanzaba por Europa y Estados Unidos, contamos con el enorme privilegio de tener información previa, además vimos la oportunidad para acelerar la vacunación, tener una población más protegida, dar mejores mensajes. En lugar de eso perdimos el tiempo.
Ómicron es más contagioso y está matando menos gente; no sé si sea menos agresivo que las variantes delta, alfa u otras. Lo que sé es que ómicron se topó con una población activa, una población vacunada.
El pasado lunes, por segunda ocasión el presidente Andrés Manuel López Obrador dio positivo a covid-19. “Sí, amanecí ronco”, dijo desde palacio nacional el mandatario. Apenas en diciembre, en Jalisco, López Obrador se puso el refuerzo anticovid... Entonces, ¿por qué nos vacunamos si vamos a contagiarnos?
Es sencillo, nos vacunamos para disminuir la pérdida de vidas, la vacuna que le hayan puesto a usted marcó la diferencia.
Si bien es cierto que en México el esquema de vacunación no es muy amplio, Nuevo León sí marca la diferencia, el ciudadano se ha volcado a las campañas de vacunación, incluso la transfronteriza. Entonces, ¿por qué subió abruptamente el contagio? Especialistas sanitarios de la Organización Mundial de la Salud comparan la transmisibilidad de ómicon con el sarampión. Si es así estaría comparado con el microorganismo más contagioso en la historia.
La narrativa que acompaña la pandemia ha cambiado sustancialmente, las autoridades sanitarias han sido rebasadas como todas en el mundo; todo por el hartazgo colectivo de vivir resguardado en casa.
A más de 2 años si no hay rastreo de enfermos, no hay medidores de CO2, nadie les obligan a usar cubrebocas de alto rendimiento y los centros de estudio o trabajo no están ventilados, no hemos aprendido nada.
Enrique Burgos-Véliz
@enriqueburgosv