Era 1989, la calidad del aire era el tema de preocupación en el Distrito Federal (hoy CdMx), apenas un par de años antes los pájaros se desplomaban muertos por intoxicación; la causa: los gases contaminantes que provenían de la gran Refinería.
Septiembre del 85 fue un punto de inflexión para reconstruirnos como nación; enterramos nuestros muertos y enfrentamos la realidad cotidiana. La década de los ochenta trajo consigo industrialización y programas de bienestar, cada vez más personas abandonaban sus pueblos queriendo conquistar la gran ciudad.
La Refinería de Azcapotzalco quedó inmersa en la ciudad cuando la mancha urbana creció de forma desmedida. Hoy parece repetir la suerte la Refinería de Cadereyta, cada día quema combustibles fósiles y libera gases tóxicos, y se encuentra inmersa en la Zona Metropolitana de Monterrey.
En una de las delegaciones al norte de la capital, hoy alcaldía Miguel Hidalgo, vivía un hombre que se llamaba Tomás. Tomás era albañil de oficio, trabajaba camino a Santa Fe, en donde en los años ochenta construía junto a su cuadrilla la nueva sede de la Ibero. Todos los días se levantaba muy temprano para ir a trabajar y volvía a casa exhausto, con la ropa y la piel cubierta de asbesto.
Un día, Tomás enfermó gravemente. Tenía tos y dificultad para respirar, y su piel estaba cubierta de manchas rojas. Su esposa lo llevó al médico, quien le diagnosticó una enfermedad pulmonar. Seis meses después del diagnóstico, Tomás corrió con la misma suerte de los pájaros, un día cayó y no pudo levantarse más.
La refinería cerró unos años después. Sumados a los esfuerzos del programa Hoy No Circula, sociedad y Gobierno han tratado de crear las políticas que se requieran para controlar las emisiones tóxicas; desafortunadamente la mancha sigue en pie.
Este fin de semana, miles de nuevoleoneses manifestaron interés por cerrar la Refinería de Cadereyta. De hacerlo hoy podrían quedarse 4 mil 500 trabajadores sin empleo directo y otros miles que se ven beneficiados por las instalaciones petroleras.
Si bien es cierto que urge reducir la contaminación y proteger el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras habrá que reevaluar si aprendemos en cabeza ajena o a qué costo.
La contaminación del aire es multifactorial y así debería ser la solución, estamos a tiempo, aquí todavía no se mueren las aves.
@enriqueburgosv