Política

¿Qué esperar de las vacunas?

Ante la creciente desinformación sobre las vacunas y sus efectos secundarios conviene alejarnos tanto de las teorías conspiracionistas que promueven la absurda idea de implantar un chip de vigilancia en quienes son vacunados como de los pensamientos pseudocientíficos que promueven miedo sobre los efectos potencialmente devastadores de las vacunas.

Cuando una acción o tratamiento resulta un tanto dudosa o es difícil decidir si aceptarlo o abstenerse, conviene ponderar los riesgos y los beneficios y, si los primeros superan los segundos mejor será no actuar pero si los segundos son mucho mayores que los primeros y éstos, además, se pueden controlar, la respuesta correcta es proseguir con la recomendación. A esto se la llama principio de proporcionalidad terapéutica puesto que pondera una proporción de riesgos con otra de beneficios para detectar hacia qué lado se inclina más la balanza.

En el caso de las vacunas, en su historia, sabemos que si son seguras y eficaces una vez que superan las fases de experimentación, no obstante, también conocemos que, cualquier vacuna, puede tener reacciones ligeras o medianas dependiendo cada persona y su sistema inmunológico. Así, los efectos más conocidos de las vacunas van desde dolor o molestia en el sitio de la inyección hasta algunos cuadros de febrícula que puede durar uno o hasta dos días. Nada que no se controle con un analgésico como el paracetamol.

Sin embargo, la vacuna contra el COVID-19 ha despertado mucho miedo en algunas personas a pesar de que ya haber sido publicados los ensayos clínicos de las vacunas que se están aplicando actualmente como la de Pfizer o la de Moderna. Aún así, la desinformación y los radio pasillos pululan generando disidentes de las vacunas que, lejos de respetar la decisión de otros intentan disuadirlos de no acudir a ponerse la vacuna haciendo mucho más difícil la tarea de inmunización de la población en general.

Ante esto, conviene decir que, los efectos secundarios reportados en los estudios publicados de ambas industrias revelan poco más o menos los mismos síntomas que el resto de las vacunas y que se mencionan a continuación de mayor a menor frecuencia de presentación: enrojecimiento e hinchazón así como dolor en el sitio de la inyección, fiebre, fatiga, dolor de cabeza, resfriado, vómitos, diarrea, dolor muscular y dolor de articulaciones. Todos estos signos y síntomas perfectamente controlables con cualquier analgésico.

Por su parte, si tomamos en cuenta el principio de proporcionalidad terapéutica, ninguno de estos síntomas es lo suficientemente fuerte como para que la balanza se incline más hacia los riesgos que hacia los beneficios. Éstos si bien es cierto que no evitan del todo el contagio aún después de vacunada la persona, sí disminuyen en grandes cantidades los cuadros graves de la enfermedad, las posibilidades de hospitalización y los índices de letalidad.

Por lo anterior, si ponderamos pasar 24-48 horas con síntomas un tanto desagradables pero con la certeza de que eventualmente desaparecerán, contra el riesgo de morir o quedar con graves secuelas después de contraer COVID, el resultado será que la vacuna representa la mejor opción.

Dejemos de lado el miedo infundado que sólo propaga desinformación, seamos más responsables en nuestras decisiones y más racionales en nuestras elecciones. No nos van a implantar un chip de vigilancia geoespacial, ni nos van a inyectar una sustancia venenosa que nos va a matar en las próximas semanas, tampoco las mujeres nos quedaremos estériles si nos vacunamos ni contraeremos el COVID a cuentas de vacunarnos. Las vacunas son seguras, confiemos en la ciencia y en los científicos que han demostrado una verdadera preocupación humana para haber desarrollado en tan poco tiempo, soluciones efectivas para contra restar los efecto devastadores de esta pandemia. Las vacunas salvan vidas, hagamos nuestra parte aplicándonoslas.


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Elizabeth de los Ríos Uriarte
  • Elizabeth de los Ríos Uriarte
  • Profesora investigadora de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac México
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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