El camino está listo para que Andrés Manuel pavimente verdades históricas. Éstas no sólo incluirían a los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, sino a miles de personas que siguen desapareciendo.
Sobre el caso Iguala, como en los viejos tiempos peñistas, AMLO ya descalificó al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes. Y sobre el horror creciente, prepara una “actualización” del censo de gente desaparecida que están levantando sus servidores de la nación. Anunció que pronto dará a conocer los datos.
Presentar “otros datos” es esencial para la propaganda que se agudiza en estos tiempos pre-preelectorales. Para ajustar la realidad, repetir sus logros y descalificar a críticos. Hablará de cientos de aprehensiones y de “murillos y generales”, mientras las estructuras delictivas permanecen intactas y se replican de norte a sur.
Difícilmente aceptará lo que reconoció Karla Quintana, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de la Segob: que las desapariciones se han incrementado en el actual sexenio.
Hay más de cien mil niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos de los que no se sabe más, que se lloran, que se piensan con el alma deshecha. Y según cálculos compartidos por la propia Quintana, en entrevista que le realicé en MILENIO en octubre de 2022, en algunas regiones hay que multiplicar por dos, tres, cuatro o hasta por cinco esta tragedia.
También nos platicó que, con la finalidad de combatir este subregistro, abrió la posibilidad para que la ciudadanía que no quiera acudir a la Fiscalía pueda reportarlas directamente a la comisión que ella encabeza.
Reconozco la claridad con la que Karla ha informado sobre este drama que palpa de cerca, pero me temo que sus esfuerzos pueden ser dinamitados por el propio Presidente.
¿Dejarán que funcionarias honestas (que también quedan) hagan su trabajo? ¿O intentarán maquillar el fracaso y enterrar la verdad que brota de las fosas?
La desaparición forzada no prescribe y, en tanto las víctimas no aparezcan, el crimen se sigue cometiendo todos los días. Fue el Estado… y sigue siendo el Estado.
Aquí entre nos
La semana pasada, ante la pregunta de un periodista sobre los señalamientos documentados que el GIEI realizó en contra de la Sedena y la Marina, López Obrador no permitió que los secretarios respondieran. Lo hizo él y recalcó que es el jefe supremo de las fuerzas armadas.
Es decir, con ello asumió toda la responsabilidad.