El sistema no cayó, sino calló, me comentó Porfirio Muñoz Ledo en alguna ocasión, en referencia a la caída del sistema durante la elección de 1988, donde Salinas de Gortari le arrebató el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas.
La trampa se le atribuyó a Manuel Bartlett Díaz, quien como secretario de Gobernación (1982-1988) presidía la Comisión Federal Electoral.
Tres años antes, en el 85, miembros del cártel de Félix Gallardo, Caro Quintero y Ernesto Fonseca secuestraron, torturaron y mataron al agente de la DEA Enrique Kiki Camarena. El nombre del titular de Segob sonó. Y los escándalos continuaron.
Ya como parte del movimiento de López Obrador, Bartlett estuvo cobijado y en acción. Libró pesquisas sobre su fortuna y los más de 20 inmuebles a nombre de sus familiares y de su pareja Julia Abdalá Lemus.
Hoy que se fue Andrés, que Sheinbaum llegó a la presidencia de México y Trump regresó a la de Estados Unidos, el panorama cambió.
Mauricio y Alexis Weinberg son señalados como prestanombres y cómplices de Genaro García Luna, sentenciado en EU por su relación con el cártel de Sinaloa. Ayer Iván Alamillo, de MCCI, reveló que, como parte de una demanda civil en Florida, la autoridad federal indaga depósitos de los Weinberg, entre 2012 y 2017, por 4.5 millones de dólares a cuentas de Julia Abdalá.
Se va confirmando lo que denunciamos hace mucho. En diversos momentos platiqué en Notivox con Peniley Ramírez sobre sus hallazgos, como en el libro Los Millonarios de la Guerra, donde revela vínculos entre García Luna, los Weinberg y la pareja de Bartlett Díaz.
Sin embargo, la mayor sacudida es la entrega de 29 narcos por parte del gobierno de Sheinbaum a EU, entre ellos Rafael Caro Quintero. El caso Kiki revivió.
Policías que en 1985 trabajaron bajo las órdenes de Caro y don Neto indicaron que Manuel estuvo presente en reuniones. Héctor Berrellez, ex agente que investigó el asesinato, también comentó que Bartlett fue uno de los que planeó el horror del que fue víctima Camarena.
Ya resolverán en Brooklyn. Por lo pronto, el sistema corrupto y violento que le permitió mantenerse en el poder, sexenio tras sexenio, se está moviendo, se está reacomodando.
¿El sistema que “calló” romperá el silencio?
Aquí entre nos
Lo popular no quita lo criminal. Es escalofriante el descaro con el que ensalzan a capos y el apoyo que tienen de las multitudes.