A 12 días de las elecciones del 6 de junio y solo ocho de campañas electorales, los partidos que contienden por la gubernatura de Nuevo León; 51 alcaldías; 42 diputaciones locales, 26 por el principio de mayoría y 16 por representación proporcional; y 12 diputaciones federales, se preparan para efectuar los últimos “amarres” con miras a lograr el triunfo electoral.
En esta tesitura, es previsible la renuncia del candidato a la gubernatura de Nuevo León de Fuerza por México, Emilio Jaques Rivera, a favor de Clara Luz Flores Carrales, abanderada de la coalición Juntos Haremos Historia, integrada por Morena, PT, PVEM y Nueva Alianza.
También es previsible que, de un momento a otro, se dé a conocer la renuncia del panista Fernando Larrazabal a favor del priista Adrián de la Garza; si no es que a la hora de que aparezca publicado este artículo ya se produjo tal renuncia, con lo que se concretaría en Nuevo León la anhelada alianza Todos en Montón contra Morena: PRI-PAN-PRD, proyectada por el potentado Claudio X. González.
El propósito de esta atípica alianza a nivel federal es frenar, al costo que sea, el proyecto de nación de la 4T, para impulsar de nueva cuenta el proyecto de privatización neoliberal, nacido del PRI-PAN en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
El MC quedó fuera de esta alianza, pero no porque el partido que postula a Samuel García como candidato a la gubernatura de Nuevo León y a Luis Donaldo Colosio a la alcaldía de Monterrey, no comulgue con el esquema de dominación política e ideológica neoliberal, en el cual los poderes fácticos de los grupos económicos y corporaciones transnacionales entran en complicidad con las elites políticas, a fin de hacer del Estado mexicano un medio de protección y estímulo de privilegios, sino simple y llanamente porque los partidos de mayor tradición, el PRI y el PAN, no aceptaron las condiciones del MC; la principal condición fue que Samuel García tenía que ser el candidato a la gubernatura.
Pero no todo el sector empresarial está coludido con las elites políticas corruptas, ni tampoco todo este sector está al acecho de la caída del gobierno de la 4T para, por medio del estado mínimo neoliberal, hacer de éste un medio efectivo para hacer “buenos” negocios y acumular riqueza de manera ilimitada y de la manera que sea; por fortuna, han estado surgiendo empresarios con ideas de compromiso social y con el medio ambiente.
En efecto, el sector empresarial ya no es un sector monolítico en preferencias y actividades políticas, como lo era antes; ahora una parte, con el grupo Alfa a la cabeza, apoya a Adrián de la Garza,es decir, al PRI-PAN-PRD; otra parte, encabezada por Artemio Garza, apoya a Clara Luz Flores Carrales; y otra más, liderada por Femsa, apoya a Samuel García.
Pero, ¿quién lleva la delantera en la preferencia electoral? No se sabe, las encuestas electorales no son de fiar, nada serio, dicen, han sido parte de las costosas campañas electorales para confundir a los sufragantes.
Es verdad que las encuestas por muestreo y los sondeos de opinión están debidamente reguladas, la ley obliga a las encuestadorasa que entreguen copia del estudio completo al INE en el que se respalde, bajo criterios de cientificidad, la información publicada.
Pero no obstante eso, la ley no obliga a nadie a que se supervise el trabajo de campo de las encuestadoras. Así que la moneda está en el aire: Cualquiera de los tres, Clara Luz, Adrián o Samuel, puede ser el próximo gobernador.
Efrén Vázquez Esquivel