Política

La disyuntiva fatal

Los tres retos de Nuevo León son la escasez de agua, la movilidad urbana y la contaminación ambiental. El primero es parecido al de los empobrecidos campesinos en la época del auge del ejido; a quienes se les dotaba de tierra, pero no de facilidades para la adquisición de tecnología para hacerla producir, por lo que su agricultura era de temporal, no producían ni para el autoconsumo.

Así estamos en Monterrey. Por falta de planeación y de políticas públicas atingentes, la satisfacción de la demanda del agua es, como en el caso de las cosechas de todavía muchos campesinos: de temporal. Hemos corrido con suerte, ¿pero qué pasará si ni las lluvias tempranas ni las tardías llegan?

En el sexenio inconcluso de Fernando Canales, la desesperación por la falta de lluvias llevó a que se convocara a los ciudadanos a la Macroplaza a rezar. Allí estuvo presente el gobernador. No tardará mucho en que, de nueva cuenta, seamos convocados a la Macroplaza a levantar la mirada al cielo suplicando abundantes lluvias; o que, como en el sexenio de Martínez Domínguez, se mande traer a un indio cherokee para que, por medio de brujerías, haga llover.

Y en cuanto al grave problema de la movilidad urbana (capacidad de movilización de un lugar a otro sin contratiempos, sea por medio de transporte público, automóvil privado o de alquiler, a pie, en bicicleta, etc.), éste se expresa de múltiples formas: la esclerotización vial, también por falta de planeación de los gobiernos que hemos tenido; calles y avenidas, como Ruiz Cortines, llenas de baches (en el bacheo está el ganeo, dice el argot popular); la falta de transporte público y eficiente, todo lo cual genera congestionamientos viales y, con éste, un mayor índice de contaminación.

Cabe señalar que con la reforma constitucional del artículo 4° del año 2020, la movilidad urbana se elevó a la categoría de derecho humano, estableciéndose que “toda persona tiene derecho a la movilidad en condiciones de seguridad vial, accesibilidad, eficiencia, sostenibilidad, calidad, inclusión e igualdad”. Con esta reforma el derecho a la ciudad, por ende, es un derecho humano.

Pero, la seguridad vial, además de que implica evitar la muerte de personas y violaciones de derechos humanos de conductores que participan en accidentes viales, al convertir jurídicamente en delitos lo que racionalmente debe ser falta administrativa, debe ser sostenible, lo que depende de que haya una estructura de accesibilidad vial eficiente; de que, como en las ciudades europeas, pobres y ricos nos encontremos viajando en el Metro, con lo cual se reduciría considerablemente el parque vehicular y, con ello, sería menos la contaminación ambiental.

El tercer grande problema que padecemos es el de la contaminación ambiental, el cual, lo mismo que el problema de la escasez de agua es parte del problema de la movilidad urbana. En síntesis, estos tres problemas, en los que no hay visos de solución, afectan gravemente el derecho a la ciudad.

Notivox nos informó que para la Organización Panamericana de la Salud,organismo afiliado a la Organización Mundial de la Salud especializado en salud del sistema que encabeza la OEA, Monterrey se encuentra entre las ciudades más contaminadas de América Latina. Triste situación, parece ser que no falta mucho para decidir sobre la disyuntiva fatal: o se van de la ciudad las pedreras y fábricas contaminantes; o nos vamos nosotros.

Efrén Vázquez Esquivel


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Efrén Vázquez Esquivel
  • Efrén Vázquez Esquivel
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  • El autor es director científico de la Academia Mexicana de Metodología Jurídica y Enseñanza del Derecho, AC.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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