El presidente municipal de Pachuca, Jorge Reyes Hernández, ya dejó las condiciones para que tengamos una ciudad limpia y ordenada.
Se trata de un esfuerzo inédito, en donde en ninguna administración anterior se había tomado en cuenta toda una tecnología y herramientas digitales para mejorar los servicios públicos de la ciudad. Ahora, nos toca a la ciudadanía ser empáticos con la recolección de basura.
Y es que con el moderno sistema que se implementa a partir de esta semana, los camiones recolectores son monitoreados 24 horas, los 7 días de la semana, siguiendo las rutas en tiempo real, por lo que es casi imposible culpar al gobierno por los montículos de deshechos que se ven en cada esquina.
Seamos honestos. Las causas de la mala imagen que se visualiza en la Bella Airosa tienen que ver con la falta de educación de muchas personas que por más que se les invita a respetar los horarios de recolección, muestran una negativa constante.
Está en nosotros empezar a cuidar nuestro actuar para revertir este panorama. No importa cuánta tecnología implemente el municipio, si no empezamos a generar conciencia las cosas no van a cambiar.
Y no es broma, salga a caminar al área verde de su colonia o fraccionamiento en Pachuca. Observe cómo está y quiénes son los que la frecuentan. Ahora, dese cuenta que el comportamiento de las personas es el que define la limpieza del entorno.
No es culpa de las mascotas, tampoco de los niños, es responsabilidad de los que somos adultos, quienes debemos levantar toda la basura que se genera y no lo hacemos. También, tenemos ya el ejemplo desde la presidencia municipal, que con las faenas vecinales se pueden transformar los espacios.
Yo sé que cuesta un trabajo enorme pararse y salir a limpiar la banqueta, o quitar el paso crecido de los camellos, pero hagamos un esfuerzo y compromiso por el bien de nuestra propia ciudad. Todos queremos tener jardines impecables, no permitamos que se llenen de basura; queremos las calles limpias, no dejemos que los demás vecinos tiren las bolsas y a ver cuándo pasa el camión.
Realizamos pequeñas grandes acciones y veremos el cambio que se puede lograr.
