Lo que parecía ser un proceso de unidad política en calma se está convirtiendo en un dolor de cabeza para Mario Delgado, presidente nacional de Morena y la Comisión Nacional de Elecciones, ente de mil cabezas que no se sabe para dónde va a disparar.
Y es que en Tamaulipas comenzó la rebelión tras la impugnación, la primera de varias que se vienen, de parte de una de las aspirantes que no quedó designada, la presidenta municipal de Reynosa, Maki Ortiz, por considerar que hubo inconsistencias en el proceso y en la medición que realizó el CEN guinda.
En Hidalgo, donde todo parece estar alineado con el senador Julio Menchaca, no pasará mucho tiempo para que comiencen los actos de sublevación en contra de su designación, impulsados principalmente por el grupo que perdió toda posibilidad para 2022: el Grupo Universidad, aderezado por el delegado de programas para el Bienestar, Abraham Mendoza, quien tampoco quedó como uno de los afortunados ganadores de las encuestas.
Los primeros indicios de rebelión se dieron el fin de semana de Navidad, cuando en San Salvador, municipio base para todas las operaciones contrarias a la 4T y el CEN de Morena, el edil Armando Azpeitia, a nombre de Mendoza Zenteno, amenazó con protestar en campaña en contra de Menchaca en caso de que el virtual candidato no firme compromisos concretos con la población del Valle del Mezquital.
En otros estados también se espera que haya división tras la decisión de candidaturas que otorgó Mario Delgado, y quienes están listos para aprovechar tales inconformidades son nada más y nada menos que la coalición Va por México del PRI, PAN y PRD, quienes gustosos recibirán a todos los que se han sentido agraviados por Mario Delgado y compañía.
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