La candidatura de la coalición Va por México en Hidalgo se ha transformado en un asunto de dos vías políticas. Ambas, con destino al 5 de junio, el día de la elección para gobernador, pero con fondo y formas diferentes.
La primera es la vía natural, la del PRI de siempre, la del PRI de Hidalgo. El personaje en cuestión, debió emerger de las entrañas de Colosio para enfundarse en el chaleco del elegido o de la elegida, cual fuera el caso, pero tenía y debía ser de ahí.
Sin embargo los liderazgos han determinado que no sea de la forma convencional y por ende existe la segunda opción, la alternativa que representa la coalición Va por México con el apoyo del PAN y PRD y con las dirigencias nacionales impulsando una misma candidatura.
Ahora, el único camino que les queda a los actuales en el poder es defenderse por medio de los estatutos locales, de la institucionalidad que da el recurso político y financiero para operar campañas y de lemas y más lemas en redes sociales como los que se están viendo.
Las dos vías políticas por donde se han planteado la ruta para mantener el estatus de partido en el poder en Hidalgo, para que no exista la llamada alternancia, también viene con sus complicaciones sociales que son las que encontrarán ya en campaña todos los priistas, panistas y perredistas que decidan emprender el camino de la elección.
Una cosa es la pelea interna, el debate entre aspirantes y la propia contienda que ya está en su etapa final, otra cosa es lo que el pueblo dice y piensa de los partidos para afuera. Esa es otra de las cuestiones que no han tenido la oportunidad de medir quienes se dedican al oficio de las votaciones y que parecen estar más concentrados en poder aparecer en la boleta que en lo que podría pasar si no ganan a partir del 5 de junio de este año.
Se avecinan días de definición para la alianza Va por México en el estado y se espera que el fin de semana se aparezcan las dirigencias nacionales de los tres partidos por estos rumbos de Hidalgo.
Eduardo González
Twitter: @laloflu