Hidalgo tendrá un fin de semana álgido en materia política, y con el tema de la revocación de mandato se pueden dar sorpresas tanto a favor como en contra para los aspirantes a la gubernatura.
De acuerdo con la propia clase política, a una semana de haber iniciado las campañas, con varias encuestas que han salido a la luz, los resultados de la participación en la consulta popular serán más que un termómetro del momento o del voto duro, pueden ser definitorios.
Es decir, si a la consulta van más de 400 mil hidalguenses que votan para que el presidente López Obrador siga en el cargo, la elección a gobernador prácticamente estará definida. Si van 200 mil o menos, y de esos solo 100 mil o poco más votan a favor de AMLO (o de reiterarle la confianza), la oposición a la 4T tendrá una meta completamente alcanzable para poder remontar de aquí al 5 de junio.
Esa es la importancia de la revocación en Hidalgo y en estados donde habrá procesos de elección para gobernador. En la pasada consulta para el juicio a ex presidentes, en el estado se alcanzaron cifras superiores a los 300 mil votos en participación, por lo que morenistas y aliados están confiados en tener dicho techo de sufragios asegurados; sin embargo, para ganar el 5 de junio, se requiere de al menos medio millón de votos, los mismos que hizo Omar Fayad en 2016.
De resultar un fracaso la revocación, la alianza Va por Hidalgo tendrá la mesa puesta para comenzar una escalada, quizá la única gran oportunidad que se les presente en toda la campaña para poder elevar sus cifras y mediciones.
Por eso es vital el domingo 10 de abril, no tanto por la vinculación o si quieren quitar al presidente, sino porque en la participación se verá cuál es el techo seguro de Morena, un ensayo de lo que será el 5 de junio, una probada de la gran cita en las urnas para los hidalguenses.
Eduardo González
Twitter: @laloflu
