El tema no es pertenecer o no a un partido. El asunto de afiliarse o reafiliarse a Morena termina siendo un requisito más para poder sostener el argumento de la 4T como forma de supervivencia política.
Sin embargo, hay que ver más allá de lo que se nos presenta. Hay muchas personas que genuinamente siguen y son leales a los preceptos obradoristas, que son los que aplican a su forma y estilo de vida y no por eso están mal.
Hay funcionarios que realmente velan por un mejor entorno, por una sociedad más y dedican días festivos, descansos y fines de semana para atender causas como la limpieza de las colonias, las reuniones con vecinos, las audiencias con personas que requieren apoyos. Eso es también ser leal a los preceptos de la 4T.
Por eso el tema de la afiliación, debe ser visto como un compromiso que el propio partido en el poder está pidiendo a todas y todos los que pretender sumarse o estar en el movimiento político más grande de los últimos años en México y quizá en el continente.
Los que están viendo grillas con el proceso de afiliación, son quienes no quieren abrirse a que lleguen más personajes, sí, pues creen que solo unos cuantos son los proscritos, los poetas malditos, los que mantienen el círculo de la sabiduría, pero la realidad es que hay millones de mexicanos que siguen creyendo en la transformación que inició desde 2018 en el país.
Por otro lado, qué desventajas traerá en el futuro a un partido tan grande como Morena, el tener millones de personas afiliadas. Los mismos que llegó a tener el PRI en su momento, y es válida la comparación: demasiadas corrientes formales que terminaron constituyéndose en los famosos sectores del partido y finalmente en confederaciones y sindicatos que al final también dieron en la puntilla al viejo sistema.
Hoy no es la CTM, o la CNOP, o la CNC, hoy es de nuevo el SNTE que parece no morir nunca, pero también los nuevos profesionistas de la 4T, los académicos e intelectuales formados de 6 años a la fecha, los sindicalistas acuñados en el actual sistema, que también estarán presentes cuando haya procesos electorales, y que por supuesto tendrán el derecho de exigir espacios.
¿Podrá resistir Morena a los embates de la naturaleza del propio poder político?.