Los retos de la administración estatal para este cierre de 2019 son muy claros. Erradicar la percepción ciudadana de la inseguridad, el tema de desaparecidos y el que parezca que no pasa nada cuando sí ocurren cosas.
La realidad de los estados que han mantenido su índice de criminalidad por debajo del promedio nacional, como es el caso del de Hidalgo, revelan que el estar acostumbrados a tener poca delincuencia detona en crisis que pueden extenderse por periodos prolongados.
Es decir, cuando menos se lo esperan, hay robos, homicidios, delincuencia de todo tipo. El tema no es si hay o no delitos, sino cómo se va a combatir y si la estrategia de seguridad da o no resultados.
El gran acierto del gobierno de Omar Fayad fue consolidar la creación del C5i que es la herramienta principal en la lucha contra la inseguridad; el sistema de videovigilancia ha ayudado para evitar robos, secuestros, accidentes e incluso suicidios. La respuesta es inmediata y se tiene acceso a todas las plataformas para poder localizar cualquier eventualidad. Hidalgo tiene otra ventaja para poder resarcir incidentes que fracturan su imagen ante la sociedad civil y es que cuenta con una oficina especial que da atención a las políticas públicas, lo que genera que se realice una mejor planeación de las posibilidades con las que cuenta el estado.
Poder desaparecer dicha sensación de que hay inseguridad solamente se logrará con gobernabilidad y paz social, no es de la noche a la mañana, sino con el paso de las semanas y meses; no es que no se vayan a cometer más delitos, sino que el impacto no sea tan mediático o contundente dentro de la sociedad.
Por lo demás, parece que Hidalgo cerrará bien el año, con obra pública realizándose, con pagos de aguinaldos que se han garantizado a trabajadores de los gobiernos y municipios y con un clima política en aparente calma, listos para iniciar la lucha electoral por los ayuntamientos el siguiente año.
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