El acuerdo del INE y el IEEH por el que se reanuda el proceso electoral de municipios en el estado no es un decreto inquebrantable.
Los agoreros de la pandemia que no quieren que haya ni elección, ni nueva normalidad, ni clases, ni comercios, ni nada –al parecer-, vociferaron durante el fin de semana insinuando la presunta irresponsabilidad de los organismos electorales y las autoridades.
Sin embargo muy pocos revisaron bien el acuerdo en el que se determina que habiendo los elementos necesarios, hasta el momento, se puede dar paso a una reactivación del proceso que fue suspendido en abril pasado.
En efecto, la salud es primero y eso es un derecho universal. Nadie en su sano juicio acudirá a un mitin político (ya imagino al pobre candidato o partido que se le ocurra) si es que hay un rebrote o se sigue en semáforo rojo o naranja en el estado o el país.
Por eso se debe enfatizar que el acuerdo del INE e IEEH es flexible, es modificable según la circunstancia de la pandemia. Por el momento sí hay oportunidad de ir avanzando en la organización, en la entrega de credenciales a partir de este día, y en el trabajo interno de los partidos para que puedan registrar a sus candidatos en 15 días. Quizá los que no quieren, es porque tienen un desorden estructural y de alta demanda en sus registros para candidaturas o todo lo contrario, no tienen a nadie y por ello se pretende insistir en el aplazamiento hasta 2021.
En Hidalgo ya comenzaron los decretos municipales, mucho antes el estatal que ya estaba, para el uso obligatorio de cubrebocas, suspensión de actividades en oficinas de gobierno, posiblemente retraso en el inicio del ciclo escolar de forma presencial más no virtual, extensión de muchas de las medidas de la contingencia que comenzó desde finales de marzo en el estado, y acciones que deben abonar a que sí haya elección el 18 de octubre.
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