Con el regreso a la actividad escolar a distancia por el tema del coronavirus, se hace pertinente hablar sobre si realmente están sirviendo las medidas y estrategias para el aprendizaje de las niñas y niños.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía señalan que el 65 por ciento de la población tiene acceso a internet, mientras que el 35 por ciento restante carece de esa posibilidad.
Esto es un punto de partida para reflexionar sobre si en realidad sirven las clases a distancia, siendo esta la única posibilidad que hay por el momento para que millones de menores sigan con su ciclo escolar en turno.
En el Senado, en días pasados, se propuso un punto de acuerdo para exhortar a las autoridades de la Secretaría de Educación Pública para apoyar el aprendizaje de niños y niñas que no cuentan con internet y apliquen métodos alternativos de enseñanza.
Una vez que se indicaron las medidas de contingencia, entre ellas, la suspensión de clases, los planteles educativos optaron por utilizar la tecnología y las plataformas de educación a distancia; sin embargo, los alumnos que no tienen acceso a internet se encuentran en una situación de desventaja, señalaron senadores.
Y tienen razón, en estados como Hidalgo, Estado de México o la propia capital del país, hay zonas donde ni siquiera se cuenta con el servicio a pesar de estar urbanizadas, puesto que las compañías no ofrecen sus productos en algunas partes.
Un acierto personal es el de maestros como en Hidalgo, quienes han llevado los trabajos de forma física hasta los domicilios de los alumnos que habitan en regiones apartadas o con carencias de servicios básicos.
La pandemia nos hace reflexionar sobre este tema y pone a los encargados del sector educativo a pensar en nuevas y mejores formas de enseñanza de aquí en adelante.
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