El nivel de la presa Miguel Alemán, conocida como laguna de Valle de Bravo, inició el 2024 con un nivel de almacenamiento de 38 por ciento del total de su capacidad. Tal cual cerró el 2023 por debajo de 40 por ciento. Es sin duda una llamada de alerta, no de atención, para que se evite siga a la baja.
Durante el 2023, en fechas indistintas, asociaciones civiles en defensa de la naturaleza y el medio ambiente, realizaron diversas actividades como marchas, plantones y manifiestos, para atraer la atención de las autoridades de los tres niveles de gobierno para evitar la decadencia en la que se encuentra este cuerpo de agua, vital para abastecer el sistema Cutzamala y por ende de agua a millones de personas de la ciudad de México y la entidad mexiquense.
Pero, sus voces o no han querido ser escuchados, o bien han servido esos eventos de protesta y exigencia ciudadana, para que algunas autoridades asistan a tomarse la foto y hacer pronunciamientos de promesas, más no compromisos.
A qué le temen las autoridades federales y estatales. Para confrontar a los propietarios de lagos artificiales privados, que le quitan un millón de metros cúbicos a la laguna.
Hay detectados en Valle de Bravo 250 lagos artificiales y en Amanalco 25, así como 50 bordos en Valle de Bravo.
La laguna de Valle de Bravo tiene entre sus afluentes los ríos Malacatepec, Tiloxtoc y Temascaltepec, así como muchos escurrideros y manantiales. Que si los respetaran no estuviera la crisis hídrica que hoy se padece.
Pero al parecer les tienen miedo a esos potentados que acaparan mucha del agua que debe llegar a la presa Miguel Alemán. Mientras 300 propietarios gozan de agua en abundancia en sus predios para consumo y para practicar deportes acuáticos, en la región y sobre todo en la zona metropolitana de la entidad y la ciudad de México, millones de personas tienen restringido el abasto.
En diversos foros sobre el problema del agua, se ha planteado que de no actuarse para restituirle a la laguna el líquido que le quitan los lagos privados, y continuar succionando para abastecer al sistema Cutzamala, entonces en menos de un año la presa se puede secar.
Y no es una exageración, es una realidad posible si no se atiende con responsabilidad el problema, pues en cuatro años la presa ha bajado de 57 por ciento a 38 por ciento de almacenamiento. Y en esos cuatro años las lluvias han sido benévolas pero no han podio contribuir a aumentar la captación, pues así como llegaba se sustrajo para abastecer a millones de personas que dependen del agua que trata el sistema Cutzamala.
No ha habido hasta ahora un pronunciamiento de la Comisión nacional del Agua, si hay o no permisos para la explotación de manantiales y ríos por parte de los privados para que tengan sus lagos y bordos, si es así y ante la crisis hídrica que se vive, pues cancelarlos.
De lo contrario seguirá restringiéndose este año más los tandeos de abasto de agua para millones de mexicanos asentados en la capital del país y territorio mexiquense.
La laguna de Valle de Bravo, un asunto grave y muy grave, no menor.