La glosa del primer informe de Alfredo De Mazo Maza, ha sido todo menos la esencia por la cual se convocó a comparecer a los titulares de las dependencias ante el pleno de la Legislatura. Pues se vio que los diputados hicieron como que preguntaron, criticaron y exigieron transparencia. Y los colaboradores de primer nivel del mandatario cumplieron con su papel escuchar y evadir.
El formato de las comparecencias ya está agotado. Pues es la intervención de los secretarios. Dos rondas de preguntas y respuestas en esta ocasión sin réplica. Lo que da a los que comparecen la oportunidad no sólo de evadir sino de decir lo que quieran.
Pero lo cuestionable en todo esto es que cada que hay una comparecencia de un secretario del gabinete ante la Legislatura ya sea en pleno o comisiones. A pesar de ser el único que tiene interlocución con los legisladores lo acompañan más de 30 personas entre subsecretarios, directores generales y asesores.
Para que distraer de sus actividades públicas a todo este personal pues al final de cuentas solo se concretan a escuchar y sólo dos o tres asesores son los que están retroalimentando de información al compareciente a través de mensajes de texto vía celular o bien con tarjetas. El resto de los acompañantes sólo son meros espectadores.
Pareciera que los secretarios llevan al personal de las dependencias para que les echen porras o para que les aplaudan en su intervención o tal vez para no sentirse tan solos ante la mirada de 75 legisladores.
Lo cierto es que los más de 200 servidores públicos del Poder Ejecutivo que acompañaron a los secretarios del gabinete a comparecer ante el pleno de la Legislatura, distrajeron sus actividades por ir a sentarse y observar como su jefe capoteaba las embestidas de los diputados que cuestionaban las cifras del primer año de ejercicio de gobierno.
Porque no sólo era el personal que acompañó cada secretario, sino que afuera del recinto estaban otros servidores resguardando los vehículos oficiales en los que se trasladaron algunos funcionarios. Estos trabajadores estaban a la espera de la salida del secretario, subsecretarios, directores generales y asesores para llevarlos a sus respectivos centros de trabajo. A excepción de los que despachan en el palacio de gobierno mexiquense que se iban caminando, eso sí con todo el sequito que los acompañó a la comparecencia.
El que dos centenares de empelados del Poder Ejecutivo suspendieran sus actividades para acompañar a sus respectivos jefes y ser espectadores, me saltan dos preguntas ¿es distracción de recursos? o ¿desviación de recursos?
Si es distracción, es lamentable porque se dejaron de atender asuntos que probablemente son de interés social y eso al final retrasa la respuesta del gobierno y la ciudadanía tiene que esperar porque no hay quien le de atención o seguimiento a sus necesidades porque los funcionarios de primer nivel acompañó a su jefe a la comparecencia.
Pero peor aún si es desvío de recursos pues al final de cuentas que no trabajen los servidores y que se les pague por acompañar a su jefe en verdad es preocupante pues no hay necesidad de parafernalia si no se cumple con la esencia de estos eventos. La transparencia real y rendición de cuentas.
