El anuncio del gobernador Alfredo Del Mazo Maza, sobre que a partir de mañana el Estado de México cambia el color del semáforo epidemiológico de naranja a amarillo, abre el camino para que en unos meses podamos llegar al soñado color verde. Lo que permitirá retomar las actividades presenciales tanto educativas como laborales.
¿De qué depende que se llegue al color verde? De muchos factores. Pero el principal es el de la consciencia social. En la medida en que la ciudadanía actué responsablemente en sus actividades cotidianas. Saliendo de casa sólo por casos excepcionales, mantener la sana distancia, evitar las concentraciones masivas y una estricta higiene, será posible que en unos meses se retorne a las actividades presenciales.
Un comportamiento social así, hará posible la reducción de casos de contagio, registro de menos defunciones. Es sin duda el deseo de todos que vayan en descenso las infecciones y recuperar las actividades.
Aunado a lo anterior, el avance de la campaña nacional de vacunación, pues entre más personas inmunizadas, menor los riesgos de contagio.
Lamentablemente a pesar de las evidencias, hay quien se atreve a desacreditar la campaña de vacunación y logra influir en personas para que se resistan a inmunizarse y obvio eso limita el proceso para cambiar el semáforo.
Y los que motivan a las personas para que no se vacunen y les infunden el miedo y desconfianza, caben en la frase que un reconocido académico expuso en una de las redes sociales. No es posible creer en la bruja, en la llorona, en qué el Cruz Azul será campeón, pero aún no creen en que el coronavirus existe.
La responsabilidad para avanzar en agosto o septiembre al semáforo verde, es compartida, población y los tres niveles de gobierno. No se puede cargar sólo a una parte el peso de mejora4 las condiciones.
El Estado de México ya está en el semáforo amarillo. Cuando se cambió de rojo a naranja se hizo en este mismo espacio la pregunta: ¿avanzaremos al amarillo o regresamos al rojo? La respuesta ha sido favorable un importante avance.
Ahora hacemos la pregunta ¿Nos mantendremos en amarillo y avanzaremos al verde, o volveremos al naranja? La respuesta deseada es lo que ha acontecido esta semana con el anuncio del gobernador de cambiar el semáforo epidemiológico a amarillo y no a rojo.
El retorno a las actividades presenciales docentes y laborales, está a la vuelta de la esquina como se dice coloquialmente o bien está muy lejana.
Insisto los cambios dependen de la responsabilidad social. Evitar las concentraciones sociales, mantener los protocolos sanitarios y lo principal estar atentos para la vacunación cuando le corresponda de acuerdo con los programas establecidos en la campaña nacional de vacunación, además de motivar a la gente que no quiere inmunizarse que lo haga por el bien de todos.
Ya veremos en unos meses si vamos al verde o retrocedemos al naranja.
Eduardo Garduño Campa